Retrato de un criptobro
Los criptobros son nietos de los ejecutivos de María Elena Walsh e hijos de los yuppies del film Wall Street. Los encontramos en TikTok: jóvenes escuálidos, de sienes rasuradas y un mechón de cabello rubio cayendo sobre sus frentes. Desde sus sótanos, sentados en sus asientos de gamers, pasan las horas especulando con bitcoins, depósitos bancarios a plazo fijo y Bolsa online.
Jóvenes codicias que llegaron a un mundo donde todo sucede muy rápido y esperan –no, no esperan: ansían–hacerse ricos antes de los treinta. Viven para el juego online y la timba financiera. Les gusta hacerse llamar traders. Su lema es especular para sobrevivir.
En algo se parecen a los personajes de Arlt (este década es muy arltiana) cuando comparten su paranoia y su monomanía, pero carecen de la angustia existencial de un juguete rabioso. Saben que el mundo es un mar de incertidumbres y no van a cruzarlo ni a esperar a que se calme. Hacen la plancha en ese mar, y sueñan con convertirse en él. ß
Algo más...
El sociólogo Aris Komporozos-Athanasiou sostiene que desde la crisis de 2008 el homo economicus de la racionalidad ha sido reemplazado por el homo speculans, que “continuamente debe reajustar sus expectativas y previsiones y usa la imaginación para enfrentarse a la volatilidad de todo lo que lo rodea”.ß