Retenciones: más de lo mismo, menos crecimiento
El nuevo “manotazo” al campo conduce a un fracaso conocido
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El aumento de las retenciones decretado por el gobierno nacional es un claro desaliento a la producción. Además de una mala decisión es un manotazo de ahogado que muestra una vez más la falta de un plan. Los parches y el “vamos viendo” conducen inexorablemente a fracasos repetidos y muchas frustraciones que los argentinos ya no toleramos más. El país estancado no se pone de pie aumentado los impuestos. La presión fiscal e impositiva hace inviable el desarrollo y el crecimiento que tanto necesitamos. La enorme carga tributaria de un Estado voraz y recaudador asfixia y desalienta cualquier inversión en los sectores productivos más dinámicos, como el campo y la industria de los alimentos. Con políticas regresivas y confiscatorias el Gobierno sigue impidiendo que se genere empleo privado. Lo único que lograremos es repetir una y otra vez el fracaso de lo que pasa actualmente: repartir papel pintado, sin valor ni respaldo. La lucha contra la inflación no se encara seriamente con medidas improvisadas e imprevistas o, lo que es peor, con anuncios vacíos. Si quieren pensar en redistribuir, en vez de aumentar impuestos deberían pensar primero cómo crear trabajo y más riqueza. Solo en función de ese crecimiento se podrá dejar de distribuir pobreza. La Constitución establece que los derechos de exportación e importación son exclusivos de la Nación. Esto significa que no son coparticipables entre las provincias, por lo que el incremento de las retenciones a la harina y aceite de soja solo se explica por la necesidad de financiamiento del gasto público que tiene el gobierno nacional. No hemos escuchado al gobernador Kicillof poniéndose del lado de los productores bonaerenses, ni defendiéndolos. La asimetría del reparto parece no preocuparle, mientras le metan la mano al bolsillo ajeno. Haciendo más de lo mismo, el resultado al que nos lleva el Gobierno no puede ser otro: menos crecimiento. Es urgente que iniciemos un camino virtuoso de reducción sostenida de impuestos, en vez de seguir poniendo presión sobre los sectores productivos. Es un sendero que nos exige reconstruir la confianza trazando un rumbo previsible porque la salida para un futuro mejor es a través de la producción, con más trabajo y reglas claras.
Ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires