Reseña: Una crisis clave. Los años en que emergió una nueva Argentina
En el reciente libro1943 María Sáenz Quesada analiza el fin de una era que derivó en el surgimiento de formas de nacionalismo que todavía perduran, época que también investigaron Tulio Halperin Donghi y Loris Zanatta
Una crisis –suele decirse– tiene dos dimensiones: el derrumbe de un mundo viejo y la emergencia de otro nuevo. En esos términos se ha estudiado, por ejemplo, la crisis de la república romana y el surgimiento del nuevo orden imperial, o la crisis del Antiguo Régimen con la Revolución francesa y el nacimiento del mundo moderno. En nuestra historia, por ejemplo, 1943 fue un año de crisis. Ese año comenzó a morir "la Argentina liberal" o quizá la vieja república, que conoció la democracia y terminó gobernada fraudulentamente por las clases conservadoras. Ese año comenzó a emerger un mundo cuyos actores principales eran el Ejército, los sindicatos, la Iglesia y el líder de masas.
En las crisis, los contemporáneos perciben sobre todo el derrumbe y la destrucción. Los historiadores en cambio, con el conocimiento del final de la película, suelen concentrarse excesivamente en las raíces de lo que vendrá. En su reciente libro 1943. El fin de la Argentina liberal. El surgimiento del peronismo, María Sáenz Quesada hace la historia de la crisis que transcurrió en ese año y consigue mostrar la mezcla de lo que se mantiene y lo que cambia, exponiendo equilibradamente las percepciones de aquellos que en su momento sufrieron el derrumbe y las de quienes vislumbraron en esa "jornada redentora" el nacimiento de la Nueva Argentina.
En la primera parte Sáenz Quesada presenta la Argentina de los años 40 en sus diversos aspectos. En una suerte de paneo, combina las explicaciones generales, los detalles significativos y las biografías de personajes destacados. Gradualmente, el texto se va centrando en los conflictos políticos durante la presidencia de Ramón S. Castillo y el impacto de la Segunda Guerra Mundial. La última parte arranca con el confuso golpe militar del 4 de junio de 1943 y desarrolla la intensa lucha en el interior del ejército, que fue definiendo el rumbo de la revolución, el "olímpico episodio de la historia", como se lo proclamó en su primer aniversario. El libro se cierra con un anticlimax: un amplio panorama de la brillante cultura de los años 40, producto de la Argentina liberal, la que se extinguía y la que tuvo su breve canto del cisne después de 1955.
La historia de esta época tiene una urdimbre compleja. La guerra, que mes a mes modifica posicionamientos y discursos. La economía, entre la salida de la crisis del 30 y las condiciones generadas por la guerra. La política tradicional, que pierde importancia luego del golpe militar, y la política de calles, donde multitudes compiten por la representación material del pueblo. Sigamos solo una de esas líneas: el nacionalismo y la nacionalización, un tema cuyos enfoques se han renovado en las últimas décadas.
Tulio Halperin Donghi mostró en La Argentina y la tormenta del mundo la limitación de las clasificaciones habituales del nacionalismo y expuso el intrincado contrapunto de las corrientes de pensamiento locales y mundiales. H. Matsushita, por su parte, destacó en Movimiento obrero argentino 1930-1945 una creciente preocupación por lo nacional en el sindicalismo anterior a 1943, usualmente filiado solo en las izquierdas. Loris Zanatta (Del estado liberal a la nación católica) mostró en el catolicismo integrista, entrelazado con el nacionalismo, el surgimiento del "mito de la nación católica", que conquistó el alma del Ejército, para transmutarse luego en el peronismo. En un texto magistral, El discurso criollista en la formación de la Argentina moderna, Adolfo Prieto explicó la relación entre los folletines gauchescos de principios de siglo y los círculos criollistas a los que concurrían muchísimos inmigrantes. Estos, deseosos de demostrar su argentinidad, frecuentemente la sobreactuaban, como lo señaló con agudeza Victoria Ocampo, quien –"argentina desde siempre"– veía con menor pasión la cuestión de la argentinidad.
Esas y otras ideas están presentes en el creciente "tono de reivindicación argentinista" de la época, que sagazmente percibe Sáenz Quesada en 1943, mostrándolo en sus más variadas manifestaciones. Entre ellas la exploración del país y la recopilación de su cancionero por el folclorista César Carrizo, y la coetánea popularidad urbana de una música nativa adaptada al consumo de masas. En el espíritu de Carrizo, el Automóvil Club e YPF estimularon a recorrer el país en auto y descubrir sus entrañables rincones. Ambas entidades patrocinaron los Grandes Premios de Turismo Carretera, cuyas transmisiones radiales pintaron en la imaginación de los oyentes los paisajes transitados por los competidores, como la temible "cuesta de Andalgalá". Las radios, con sus cadenas, nacionalizaron mitos porteños, como el tango o Boca Juniors. Hombres de letras se empeñaron en develar el misterio del "ser nacional", huidizo y esquivo pero fértil en motivos ideológicos que otras plumas instalaron en el sentido común.
En las años de la guerra el nacionalismo fue el plexo donde se entrecruzaron ideas y sentimientos diversos: la grandeza nacional, el entusiasmo con el modelo fascista, la crítica al liberalismo cosmopolita, el tradicionalismo hispanista, el antiimperialismo, la ilusión de la autarquía y la confianza en el manejo de la economía por el Estado. Todo esto, y mucho más, estaba presente en 1943; coaguló con el golpe militar y definió inicialmente su rumbo, modificado luego por Juan Domingo Perón.
No es fácil organizar esta trama, y mantener tantos hilos en equilibrio en un relato coherente. María Sáenz Quesada sabe hacerlo muy bien. Sumando a sus propias investigaciones la abundante bibliografía existente, realiza una síntesis inteligente, inteligible y bien escrita. Son muchos los lectores que ha conquistado esta prolífica escritora, bien asentada en el medio académico y capaz de llegar a públicos amplios, combinando la dignidad del oficio con el talento de la comunicación. Ciertamente, le hace un importante servicio a la historia.
1943
Por María Sáenz Quesada
Sudamericana. 526 páginas. $ 1499
LA ARGENTINA Y LA TORMENTA DEL MUNDO Por Tulio Halperin Donghi
Siglo XXI 256 págs./ $ 759