Reseña: De piedad vine a sentir, de Irene Gruss
"Curioso cómo se piensan los muertos", se lee en el primer verso de "Maníes", uno de los poemas incluidos en el libro póstumo de la argentina Irene Gruss (1950-2018). De piedad vine a sentir, que toma el título de un verso del quinto canto del Infierno de La Divina Comedia, traducida por su amigo Jorge Aulicino, no es en absoluto un réquiem ni un libro de despedida, que dejaría caer en sus páginas (como cae Dante cuando escucha las palabras de Francesca enamorada) signos del final. Es más bien lo contrario: un libro viviente, que ofrece en sus tres partes pruebas de un vigor insistente, atributo del estilo de la poeta, acompañado por una musicalidad tan herida como dulce. "Late, corazón/ de pájaro o persona,/ no para volar ni caer, ni tener/ o perder. No hay el para qué sino el cómo, y un sentido", declama hacia dentro "No hay el para qué", poema que también se puede leer como un consejo desde el más allá a los que quieren iniciarse como escritores. Como saben sus lectores, el sentido de la poesía de Gruss se basa en la exigencia y en convertir la intimidad (poco importa si propia o ajena, real o inventada) en el corazón de una leyenda tan soberana que puede acoger momentos cómicos: "raro cansancio hacía que diera cosas/ por sentado: el abrazo;/ hasta un puré era algo tan elaborado que evité pelar papas,/ ya fuera por bueno/ o malo, sin arte alguna, me equivocaba".
Como en La dicha y Entre la pena y la nada, entre otros de sus libros, un arte poética hecho con "restos, finales, eso que se deja para después, cuando haga falta" se depura en la primera parte de De piedad vine a sentir. En varios textos de la segunda parte, como "Oda" y "Rara cópula", hay un acercamiento al erotismo en los umbrales de la madurez y, en el manojo final de poemas, aparecen los inigualables intervalos urbanos o a orillas del mar, que se transforman en escenas donde la escritura asume su presencia a través de la mirada, un método secreto de lectura (de César Vallejo, de Dante o de Hugo Luna, en este volumen) y la memoria que, después de un repentino ahogo, aflora en la superficie. "Este silencio en el jardín, casi noche./ Cantabas, ¿te acuerdas?/ Eras con el rocío, sin nada que nombrar./ Saciada; el amor lejos,/ lejos. Pero saciada./ Escucha ahora, como si este silencio fuese ayer, y/ ¿oyes?, por fin ahora,/ cantaras". Parafraseando uno de sus poemas, el tema de Gruss nunca fue el tiempo ni la muerte, sino el oficio extravagante de vivir y escribir.
DE PIEDAD VINE A SENTIR
Irene Gruss
Ediciones en Danza
80 páginas
$ 650