Reseña: Seres queridos, de Vera Giaconi
La pérdida, en el centro del relato
Seres queridos comienza con una cita de Clarice Lispector que hace referencia a “la crueldad de la malignidad de amar”. En el cuento de la escritora brasileña que incluye la frase, se cuestiona el amor como construcción única e idílica. Vera Giaconi (Montevideo, 1974) retoma ese concepto en su nuevo libro de relatos y lo extiende a todas las relaciones humanas. Ya no es una mujer pequeña la que evidencia las desigualdades, sino las personas comunes y corrientes –niños, adolescentes, mujeres, hombres– que dejan a la vista sus pensamientos más oscuros.
En Carne viva, su primer libro, Giaconi presentaba a una mujer asqueada de sus sobrinos: en éste, los sentimientos no dichos hacia los “seres queridos” se multiplican. Cada uno de los diez cuentos que componen el volumen incluye a un personaje que muestra el pliegue de sus pensamientos recónditos. En “Los restos”, Marta y Graciela preparan la casa para el funeral de su hermana menor. En la habitación principal, Marta encuentra el vestido de novia de la muerta y decide probárselo. Con muy pocas palabras, la autora uruguayo-argentina revela la envidia, la fascinación morbosa del personaje y cómo la muerte puede resultar un alivio.
Los amores prohibidos se repiten en “Reunión”, el cuento más extenso del volumen y uno de los más inquietantes. Retrata en primera persona el vínculo triangular entre la narradora, Clara y Javier. La pareja de amigos pasó un año y medio en Bangkok, y al regresar, la invitan a cenar. Le presentan a su hija de seis años, semisalvaje, cuyo origen apenas se vislumbra y de la que la protagonista debe cuidarse. La autora lleva la narración al límite. Si bien Seres queridos podría inscribirse en la línea del fantástico, que abunda entre los escritores contemporáneos, aquí predomina lo extraño, lo perturbador como parte de lo cotidiano.
En “Survivor”, se repite la temática de la envidia fraternal, pero entran en juego escenas cotidianas y actuales como los reality shows y YouTube. Es una sátira sutil de la posmodernidad, aunque lo que busca revelar es, en el fondo, intrínseco del ser humano. Como en “Bienaventurados” donde la relación entre una empleada doméstica y su jefa depresiva son el centro de la acción.
Incluso los chicos manifiestan su costado perverso. “Pirañas” narra en primer plano la horrorosa historia de un chico que perdió los dedos en el río al ser atacado por pirañas. En paralelo, se cuentan las peleas con su hermana, las manipulaciones contra sus padres, y las discusiones sottovoce de éstos, de las que él saca provecho.
En el libro también se cuela la historia política y la pregunta por los lazos durante la dictadura, escenas que pueden remitir tanto a su versión uruguaya como a la argentina. En “Dumas”, situado a mediados de los años setenta, el hijo del protagonista debe exiliarse y deja a su esposa e hija con sus padres, hasta que puedan irse con él. Mientras que en “A oscuras”, ubicado en 1981, dos hermanos se encierran en un refugio, escapando de la niñera, con instrucciones para no salir hasta que regrese su madre. La familia, las ausencias y los silencios se potencian en ambos relatos. “Dumas había llorado una sola vez en su vida, cuando tenía ocho años. Recordaba cada detalle de ese momento y nunca se lo había contado a nadie. Y se iba a morir, tres años después de que se llevaran a su nieta, sin tampoco haber hablado de ciertas cosas que recién esa noche estaba empezando a entender”, se lee en el cuento.
En todos los relatos hay un denominador común: la pérdida. Si no es una nieta, como en “Dumas”, son amigos, hermanos, dedos. La falta es la que motiva cada una de las historias de Seres queridos. El cuerpo, ya sea en partes o en su totalidad, es el epicentro de la carencia. Uno de los relatos mejor logrados es “Limbo”, donde una paciente ve a su médico deteriorarse por una enfermedad, hasta no soportarlo más. Visibilizar esa decadencia en cada uno de los personajes del libro es uno de los logros de la autora.
SERES QUERIDOS
Por Vera Giaconi
Anagrama. 160 págs., $ 275