Reseña: Riquete el del copete, de Amélie Nothomb
Los libros de la belga Amélie Nothomb (1966) son breves. Y muchos: Riquete el del copete es el vigésimoquinto. A menudo tienen que ver con su propia vida, sesgada, tan inventada como contada. Otros, como este, toman un tema clásico (antes fue Barba Azul) y lo ponen cabeza abajo. De hecho una transgresión o rebeldía casi programática (el "casi" es importante), entre posada y pícara, une a veces los dos campos.
Aquí se trata de una fábula de Charles Perrault, que trata el tema de los "raros" o "freaks". Nothomb disuelve la trama o la mejora agregando diversas especias personales. Como ha hecho en otros libros, el relato está atravesado por algún tema de moda. En los últimos parece haber ido en aumento el interés por los pájaros, tanto científica como mediáticamente. Nothomb hace que Déodat el feo, el raro, soporte impermeable el "bullying" de los compañeros de estudio, y al fin se vuelva no solo observador, sino también un apasionado de las aves.
Trémière, por su parte, es bella, pero también extraña, introvertida, se siente despreciada. Los dos personajes se unirán, por supuesto. En el proceso el lector irá conociendo gustos y disgustos de Nothomb, que se burla con sutileza o insolencia de los lugares comunes y las costumbres actuales, a veces narrativamente, a veces como una buena nota en una revista "de onda". Un híbrido que en sus manos a veces funciona y otras no. Sí funciona en Riquete el del copete, libro breve y entretenido, user-friendly, que hasta incluye una larga nota explicativa final.
Riquete el del copete
Por Amélie Nothomb
Anagrama. Trad.: S. Pàmies, 120 páginas, $ 245