Reseña: La sangre manda, de Stephen King
La obra más conocida de Stephen King (Maine, 1947) está representada por novelas más o menos largas: El resplandor, Cementerio de animales, Apocalipsis. Pero hay otras de extensión intermedia (las que firmó como Richard Bachman) o la saga épica y fantástica en varios volúmenes de La torre oscura. También hay libro cortos, a partir de Montado en la bala. O de cuentos: El umbral de la noche, Después del anochecer. Algunos de los mejores relatos están perdidos en recopilaciones de no más de cuatro.
Como en Todo oscuro y sin estrellas, se incluye en La sangre manda una novela y algunas ficciones más cortas (aunque en verdad largos). La novela de casi doscientas páginas da título al libro, pero tiene un sabor extraño. King escribió "serie negra" sobrenatural, a partir de Mr. Mercedes. Encantado el autor con el personaje de la investigadora negra Holly Gibney, la trama repite rasgos de El visitante, incluso en el carácter del monstruo: un vampiro mental, que se alimenta de dolor y sufrimiento. Paradójicamente tratándose de King, la historia se hace un poco extensa, sobre todo en el tramo del enfrentamiento final.
"El teléfono del Señor Harrigan", el primer relato, es por su parte una historia que conecta un teléfono (aunque móvil, de los primeros) con el interior de un ataúd. Tiene algo de buen capítulo de Dimensión desconocida, la vieja serie de televisión. "La rata", a su vez, engrosa una zona clásica de King: las angustias y horrores de ser autor, al estilo Misery. Aquí hay un eterno principiante que no puede alcanzar la extensión de una novela. La tensión con la vida familiar y sus propios defectos aumenta cuando se aísla en una cabaña. Una tormenta feroz propiciará un encuentro fáustico, con el deseo cumplido y su alto costo.
Los relatos tienen la mano del buen profesional, del autor veterano que no desperdicia ninguno de los elementos que le ofrece la realidad. El estilo lleva a la lectura ininterrumpida, aunque hay sensación de déjà vu.
El relato de verdad original es por lo demás "La vida de Chuck", que une tres fragmentos que retroceden en el tiempo. Hay un apocalipsis estadounidense, extremo y detallado. Por dar un solo detalle: la casi totalidad de California desaparece del mapa. El tramo final, oscuro, propone la conversión del protagonista del título en multiplicada leyenda urbana, en pleno desastre, y a pesar de lo breve de su actividad. Un cuento extraño que cruza rock y baile callejero.
LA SANGRE MANDA
Stephen King
Plaza & Janés
Trad.: Carlos Milla Soler
460 páginas
$1599