Reseña: La mujer poco probable, de Tatiana Goransky
Martina y Leo –dos de los protagonistas de La mujer poco probable, novela de la argentina Tatiana Goransky– van a bordo de un avión que sobrevuela infructuosamente el aeropuerto de Ezeiza con el tren de aterrizaje dañado y una turbina destrozada. El matrimonio lleva juntos veinticinco años y en medio de esa situación tan angustiante cada uno se pone a repasar sus vidas.
La obra emplea una tercera persona omnisciente, pero varía su punto de vista narrativo. Además de las perspectivas de los esposos, ofrece la de Dana, una amiga común de ambos que, a través de las noticias, se ha enterado del peligro que los amenaza. Esta alternancia –ordenada mediante capítulos– favorece el dinamismo del relato y permite desplegar la información de un modo más atractivo, al mismo tiempo que ofrece un minucioso retrato emocional de los personajes y crea un contrapunto entre sus diferentes sentimientos.
Martina da clases de danza, padece una tendencia a la depresión y de joven manifestó cierta adicción al sexo. En aquella época Dana, que es psicóloga, le recomendó que se tratara con su colega Leo. De una relación paciente-analista pasaron a un vínculo amoroso y se casaron. Tienen dos hijos: Emma, de veinte años, y Pedro, de trece. El padre biológico del varón se llama Shmuly; con él Martina vivió un apasionado romance de casi dos años. Tanto ella como Leo son conscientes del deterioro afectivo que atraviesa su matrimonio. Él, por su parte, ha incurrido en varias infidelidades y para liberar sus tensiones interiores acude a una singular práctica masoquista. En cuanto a Dana, el hecho de que siempre ha estado enamorada de Leo, no impide que siga considerando a Martina su mejor amiga y le profese un gran cariño.
Goransky –fiel a un estilo directo, exento de ambigüedades– completa estos tres retratos con la historia familiar de cada uno. Los padres de Dana son arquitectos y criaron a su hija, que nació con un solo riñón, “como a su más preciado tesoro”. La madre de Leo es oriunda de San Petersburgo, y parte de la familia de Martina proviene de Bielorrusia. A ella la afectó mucho la muerte de su padre, ocurrida en su adolescencia, supuestamente por un accidente de auto, aunque se sospechaba de la intervención de un grupo político de extrema derecha.
Para el final –una suerte de epílogo abierto– La mujer poco probable expande las perspectivas narrativas y suma las de Pedro, Emma y Shmuly. Esta sección aumenta, cuando ya no se esperaba, la complejidad de la trama afectiva con revelaciones que presentan nuevos conflictos generados por los azarosos –y también malevolentes- designios del destino.
La mujer poco probable
Por Tatiana Goransky
El Ateneo
187 páginas. $ 960