Reseña: La ilusión de los mamíferos, de Julián López
Dos hombres se encuentran los domingos. Charlan, leen, pelean, cocinan, hacen el amor. El resto de la semana, uno de ellos vuelve a su esposa, a sus hijos y a su casa con jardín; el otro espera. En apariencia La ilusión de los mamíferos, la segunda novela de Julián López, es una historia de amor no convencional. Solo que en lugar de un diálogo mutuo, aparece el monólogo desesperado de la soledad.
El narrador le habla al amante ausente de lo que vivieron juntos y le cuenta la plenitud del día compartido. Pero muy rápido la pareja aparece como una fiera que solo sabe moverse en la penumbra del encierro pactado; en público, su máxima osadía es caminar usando como abrigo la campera del otro. De ahí que los espacios urbanos proyecten pérdidas que el narrador arrastra como fantasmas. Las escenas se vuelven la contracara nostálgica de los amantes que recorrían Buenos Aires en Happy Together, la película de Wong Kar-Wai.
La falta de progresión dramática no resta tensión narrativa al relato. Es decir, la simple fatalidad ocupa el lugar del suspenso. López viene de la poesía, y la prosa está saturada de metáforas, lirismos e imágenes sensoriales que, por momentos, subrayan el dolor hasta la exasperación, como si se quisiera unir las piezas de un espejo roto. La preocupación central de la novela es encontrar la textura de los sentimientos íntimos a partir del lenguaje. En esa búsqueda obsesiva queda a la vista el duelo que implica hallar la manera de realizar el amor y, en el mismo acto, descubrir su imposibilidad.
La ilusión de los mamíferos
Julián López
Random House
127 páginas $ 279