Reseña: La biblioteca de los libros rechazados, de David Foenkinos
Un thriller con guiños literarios
En 1971, el escritor norteamericano Richard Brautigan publicó la novela The Abortion, protagonizada por un bibliotecario que trabaja en “una biblioteca que acepta todos los libros que han rechazado las editoriales”. En 1984, Brautigan puso fin a su vida, en parte, debido a su imposibilidad de soportar el fracaso de su obra. En 1990, un lector creó, para rendirle homenaje, una biblioteca de libros rechazados, The Brautigan Library, actualmente en Washington, que alberga a todos los libros huérfanos de editorial.
De este hecho real se vale David Foenkinos (París, 1974) en La biblioteca de los libros rechazados. La ficción comienza cuando, en 1992, el bibliotecario Jean-Pierre Gourvec, al enterarse de la existencia de The Brautigan Library, replica en Crozon, Bretaña, la versión francesa de esa colección de obras inéditas.
De vacaciones en Crozon, donde vive su familia, Delphine, una ambiciosa editora, decide, junto con su pareja, Frédéric, un escritor fracasado, visitar la extraña biblioteca. En medio de todos los manuscritos, encuentra una novela que de inmediato detecta como su próximo gran éxito editorial: Las últimas horas de una historia de amor. Delphine descubre que fue escrita por Henri Pick, dueño de una pizzería que, según afirmaciones de su viuda, no sólo jamás leyó un solo libro, sino que tampoco escribió una sola línea.
Delphine no se equivoca: Las últimas horas de una historia de amor se convierte en un best seller, en gran medida motorizado por las misteriosas circunstancias en que fue concebido y por los rechazos que se supone había padecido. Todos estos enigmas despiertan sospechas en Jean-Michel Rouche, un crítico literario ya hace tiempo expulsado del paraíso del mundillo literario, que duda del relato sobre el origen de este libro y se obsesiona con descubrir la verdad.
La biblioteca de los libros rechazados es una novela que habla de otra novela. Y esta metaliteratura está presente en forma explícita tanto a través de los enunciados del narrador (“A las obras maestras las acompaña con frecuencia una novela de la novela”) como de las propias palabras de los personajes. Hay críticas sobre otros libros, como Sumisión, de Michel Houellebecq: “Es muy inferior a todo lo demás que ha escrito. […] No hay argumento”. Y también referencias a famosos escritores: el caso de Marcel Proust, que tuvo que pagar la publicación de su obra, rechazada nada menos que por André Gide. Todo está condimentado con humor e ironía sobre la incidencia de las editoriales, el marketing y la crítica literaria en el éxito o fracaso de un libro.
Un gran logro de Foenkinos es que la aparición de la metaliteratura no resulte ni artificiosa, ni invasiva, ni didáctica. Por el contrario, se suma a la historia que se cuenta y a los personajes que la protagonizan con tanta naturalidad que enriquece de manera equilibrada el thriller en torno al misterio de Henri Pick y su obra (el título original de la novela en francés, de hecho, es Le mystère Henri Pick).
El hallazgo de la joya literaria de Pick, "Las últimas horas de una historia de amor", propulsa el relato y, de una u otra manera, atraviesa la vida de todos los personajes –desde bibliotecarios, autores, editores, críticos literarios hasta una vendedora de lencería y una viuda–, ya que se genera una convulsión en sus existencias y en los vínculos que se establecen entre ellos. Sátira mediante, los hilos de sus vidas se van entrelazando con ternura hasta confluir el plano personal con el plano literario en un cierre pícaro y ocurrente.
“La sociedad actual valora mucho más la forma que el fondo” pretende demostrar uno de los personajes. Al menos, en La biblioteca de los libros rechazados, forma y fondo se complementan y acompañan exquisitamente.
LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS RECHAZADOS
Por David Foenkinos
Alfaguara. Trad.: M. T. Gallego Urrutia y A. García Gallego. 290 págs., $ 369