Reseña: Filosofía en 11 frases, de Darío Sztajnszrajber
Entre los aciertos del Canal Encuentro, dos se destacaron por su calidad e impacto. Los programas de Adrián Paenza y Darío Sztajnszrajber, dedicados a la divulgación de la matemática y la filosofía, lograron que dos disciplinas abstractas y aparentemente ajenas a la vida cotidiana se sintieran accesibles, amigables, incluso íntimas. Especialmente original fue el trabajo de Sztajnszrajber en Mentira la verdad, donde desarrolló un formato que mezcla explicaciones con ficcionalización, recreado también en radio y teatro, y que hoy llega al libro en Filosofía en 11 frases.
Heráclito, Sócrates, Aristóteles, San Agustín, Descartes, Hobbes, Marx, Nietzsche y Derrida son los diez autores representados, con frases sobre el tiempo, el conocimiento, los afectos, el poder, la moral.
El undécimo es Dios, cuya enigmática respuesta, "Soy el que soy", da lugar a una interrogación radical sobre la posibilidad de acceder a lo trascendente, en un recorrido que va de Adán y Eva a los límites del mundo de Ludwig Wittgenstein. Ya en la primera parte del libro, la resolución a tono con Derrida muestra dónde está el corazoncito (digamos, desde dónde piensa) el filósofo del apellido impronunciable: para hablar de Dios es necesario "deconstruir, o sea, ni afirmar ni negar". Se trata de eso "que siempre permanecerá, más allá de nuestra búsqueda desesperada, en la punta de la lengua, en ese estado intermedio, espectral, mixto".
El río imposible de Heráclito y la admisión de ignorancia de Sócrates en "Sólo sé que no sé nada" abren el volumen: dos clásicos absolutos de la filosofía griega, que son revisados ingeniosamente. Más adelante se retomará la cuestión del conocimiento, situando históricamente la certeza cartesiana del "Pienso, luego existo".
De Aristóteles, Sztajnszrajber elige una exclamación ("Oh, amigos, no hay amigos"), que articula con una incitación de San Agustín ("Ama y haz lo que quieras"). Dos excusas perfectas para hablar de los afectos que atan y desatan nuestra voluntad según normas sociales que no queremos ver, y que permiten reflexiones al estilo de Foucault (otro de sus preferidos) : "El dispositivo de la libertad es encantador: todos nos creemos libres transitando por estructuras previamente determinadas que naturalizamos e invisibilizamos y, sobre todo, no cuestionamos".
Luego ingresa fuertemente la problemática política, con "Todo lo sólido se desvanece en el aire", la metáfora de Marx sobre la transformación que supuso el capitalismo; la cuestión de la democracia con "El hombre, lobo del hombre", de Hobbes; y los dos filósofos del poder por excelencia: Nietzsche y Foucault. En este terreno, Sztajnszrajber se mueve con una soltura envidiable. Por ahí se atraviesa Derrida con su "Nada hay fuera del texto". Uno de los autores más difíciles de la selección se vuelve inteligible y disfrutable en un relato que incluye la revisión de su obra.
Todo el recorrido es atravesado por una historia central, narrada en primera persona, que inicia como un incidente policial para desplegarse paulatinamente, ofreciendo ilustraciones ocasionales a las líneas argumentativas. Finalmente se revelará como un relato de anticipación política, casi un homenaje a Oesterheld.
Sztajnszrajber construyó un personaje que tiene algo de profesor y algo de monologuista de stand up. Puede internarse en vericuetos teóricos sin perderse y sin perder a sus acompañantes, hilvanando tecnicismos y vocabulario barrial con ecos de Alejandro Dolina y hasta de Peter Capusotto. No se limita a explicar lo que dicen los grandes maestros, sino que pone en marcha una maquinaria intelectual para reflexionar sobre el presente y sobre sí mismo. Es un pensamiento activo, vivo: a su lado el lector siente, como sentían sus espectadores, que en cierto modo está haciendo filosofía.
Filosofía en 11 frases
Por Darío Sztajnszrajber.
Paidós. 312 páginas$ 379