Reseña. A ver qué se puede hacer, de Lorrie Moore
El éxito de la reciente visita a Buenos Aires de la escritora estadounidense Lorrie Moore (Glens Falls, 1957) tiene antecedentes insoslayables. Hace tres años se editó Gracias por la compañía: eran cuentos, su campo literario favorito. Meses atrás se publicó en nueva traducción su novela ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? Pero el aporte más novedoso tal vez sea este grueso volumen, A ver qué se puede hacer. Ensayos, reseñas y crónicas, que cubre su actividad como crítica. Por suerte, a diferencia de la traducción de otros ensayos reunidos (los de Thomas Bernhard, los de Norman Mailer), no se eliminaron los textos "demasiado locales": el libro, completo, aporta más conocimiento sobre Moore como lectora.
La extensión de los artículos es variada. Abundan sobre todo los trabajos extensos paraTheNew York Review of Books. Su capacidad para la reseña crítica es amplia y eficaz. Una nota breve sobre Galápagos, la novela de Kurt Vonnegut, por ejemplo, incluye un perfil tan rápido como ajustado de la obra expresionista del autor.
Cuando son biografías, Moore sigue el recorrido entero de una vida. Es lo que pasa con John Cheever, y sobre todo con Eudora Welty, una de las grandes escritoras sureñas, atravesada por rasgos contradictorios. O con la brasileña Clarice Lispector, que la fascina y la desorienta.
La nota sobre Mao II de Don DeLillo es previsible. El análisis de Broke Heart Blues, de Joyce Carol Oates, en cambio, es sensible y múltiple, sobre todo si se tiene en cuenta lo cambiante de la obra de su par estadounidense. A medida que el libro avanza, el abanico se amplía. Incluye una autobiografía humorística de su primer matrimonio ("Un verano caluroso, o una breve historia del tiempo") o un pantallazo genial sobre "Shakespeare, el isabelino moderno".
Un comentario sobre Titanic le abre la puerta al mundo de las imágenes, que prosigue en notas sobre series como The Wire o Homeland. En ese plano sobresale O. J.: Made en América, un documental sobre O. J. Simpson, leído como implacable registro de la diferencia racial, las armas y la violencia policial en Estados Unidos. Un punteo veloz sobre los temas a los que Moore aplica su agudeza, su sentido del humor a veces chirriante y su claridad de periodista no estaría completo sin la referencia a la persona a quien le dedica tres textos distintos: su maestra, casi madre narrativa, la canadiense Alice Munro.
A VER QUÉ SE PUEDE HACER
Lorrie Moore, Eterna Cadencia
Trad.: C. Pavón
511 págs., $ 890