Relato o fábula
No es usual que los jefes de Gabinete cumplan con la manda constitucional de concurrir al Congreso para informar la marcha del gobierno, la visita del actual es entonces algo auspicioso. Con mayor razón en un gobierno que ha cercado la información, no contesta los pedidos de informe, no da conferencias de prensa ni tampoco reportajes que permitan conocer el rumbo. Pero la expectativa de poder entablar un diálogo franco y abierto sobre los principales problemas que padece el país, se vio lamentablemente frustrada. Todo intercambio de opiniones debe partir de la sinceridad por parte de los intervinientes, de lo contrario no hay diálogo sino una empobrecedora yuxtaposición de monólogos.
El jefe de Gabinete eludió cuidadosamente los temas que más preocupan en este momento a la gente
El jefe de Gabinete eludió cuidadosamente los temas que más preocupan en este momento a la gente. Nada dijo de la inflación, de la inseguridad, de la corrupción, de las apelaciones que la Anses lleva adelante hasta la muerte de los propios jubilados, de los crecientes déficits provinciales ni de la reducción de las transferencias no automáticas imposibles de rastrear. Lo que resulta más grave aún es que el jefe de Gabinete haya intentado ocultar su falta de respuestas detrás de un "eso no es lo que le importa a la sociedad". Me parece que hay una inquietud generalizada respecto a la desaceleración que está evidenciando la economía, de acuerdo a los propios números del Indec, a la dificultad de las provincias para hacer frente a sus gastos corrientes, a la presión impositiva creciente sobre los salarios de los trabajadores y al descontento social que se empieza a advertir en numerosos lugares del país.
El "relato", cada vez más alejado de la realidad, ya hace agua por todos lados
El "relato", cada vez más alejado de la realidad, ya hace agua por todos lados. La inflación existe y a tasas altas, aunque se pretenda borrarla con la sola negación de su existencia, y ha distorsionado el cuadro económico. No existe ya el cambio competitivo, ni los superávits gemelos. Sólo la aceptación de la realidad tal cual es permitirá afrontar los duros desafíos que la Argentina enfrenta con soluciones racionales. Si el Gobierno sabe que la verdad es otra, pero miente a sabiendas, su actitud es moralmente reprobable, pero la increíble persistencia en el error sugiere que tal vez haya terminado comprando aquello que vende. Como Alonso Quijano se embotó el entendimiento con la lectura de tantas novelas de caballería y se convirtió en Don Quijote, quizás en la cúspide del poder haya habido una intoxicación por exceso de relato. Sólo en la literatura esos mundos imaginarios producen resultados felices.