Reseña: Photo carné, de Santiago Espel
Como advierte Santiago Espel (Buenos Aires, 1960) en las primeras páginas, la experimentación de Photo Carné no responde a un ímpetu rupturista, sino que busca "una vía distinta de aproximación a la escritura poética" a través de lo que el autor llama "distorsión expresiva". Dos "Actos centrales" estructuran el poemario. El primero, "En ausencia de un glosario", está compuesto de poemas en prosa de gran condensación que exploran una sonoridad de encastres. Debajo de cada uno, como anotaciones al pie que no se limitan a ser la glosa de los poemas que las encabezan sino que conforman un sistema propio de lectura, breves líneas funcionan como un glosario poético de términos inventados que resultan del choque o la superposición de palabras, como "Colonisanción", "Anulizado", "Ojuremos" o "Lenjuague".
El segundo acto, "Topografía de un crimen testado", es un solo párrafo largo que, a partir de una imagen fija ("Desnudo, de frente, tres cuartos de perfil"), reflexiona sobre el modo de individuación que supone la foto carnet, el cual parece operar sobre el terreno de la identificación, pero no de la identidad, materia esquiva que incluye el resbaloso concepto de "ser nacional" y que, en la imaginación algo críptica de Espel, equivale a "un erizo abandonado en una playa desierta".
Photo Carné es, también, una reflexión sobre la poesía y el lenguaje. Para el autor de Misas en Harlem (1995), "la escritura es una costura de la realidad". Y es en esa "unión de pliegues, de perplejidades", donde se teje el núcleo de su poesía de doble fondo.
Photo Carné
Por Santiago Espel
La Carta de Oliver60 páginas$ 250