Redes sociales: el dato es que todo impacta sobre Alberto Fernández
La asombrosa diferencia entre el relato y los hechos ya es una huella característica del gobierno de Alberto Fernández que, con el auge de las redes sociales, deja marcas del efecto que esto produce en los distintos sectores del electorado.
Este “minuto a minuto” que reflejan las redes sociales sobre lo que está ocurriendo dio muestras claras de que el Presidente no comenzó el año de la mejor manera. El 31 de diciembre, el inminente cambio de calendario mostraba en Instagram que el balance entre los seguidores ganados y los perdidos de ese día era -1.252.
Para tener una idea del significado que tiene este último dato, en Instagram, una de las plataformas preferidas por segmento joven, a comienzos de la pandemia -entre marzo y mayo de 2020 más precisamente-, el Presidente sumaba en promedio 6300 seguidores diarios. Año nuevo, vida nueva, pasado pisado, lo bueno guardado y lo malo aplastado, dice el dicho.
En Twitter, durante la primera quincena de enero, los temas más vinculados a Fernández fueron el escándalo ligado a Victoria Donda y la escasa vacunación efectuada en comparación a los pronósticos oficiales realizados desde el Gobierno y a través del propio presidente (había anunciado que para fines de diciembre se podría vacunar a 10 millones de argentinos). Twitter es una red social que en la Argentina posee aproximadamente 5,5 millones de cuentas, cuyos usuarios están mayormente interesados en el periodismo y las noticias de último momento. Sin embargo, un segmento joven con mucha participación en temas de entretenimiento y actualidad -pero bastante alejado de la política-, hizo escalar su malestar con las nuevas medidas de aislamiento programadas y los reproches hacia los más jóvenes.
Ese malestar también fue detectado por el Gobierno, fuera de las redes sociales, a raíz de un video que muestra a varios jóvenes en los alrededores de un boliche de Pinamar cantando en contra de Fernández.
En Facebook, con 40 millones de cuentas en nuestro país pero menos presencia del segmento joven, la conversación vinculada al presidente expresaba el enojo por la no aceptación de la renuncia de Victoria Donda, y una declaración de Alberto en donde afirma: “me iría a una isla desierta con Máximo Kirchner” (en respuesta a la pregunta de una entrevista “Si usted tuviera que ir a una isla desierta con alguna de estas cuatro personas: Cristina Kirchner, Horacio Rodríguez Larreta, Máximo Kirchner y Claudio Belocopitt, ¿con quién iría?”).
Durante la segunda quincena del mes, la conversación sobre Alberto Fernández, en estas plataformas, estuvo mayormente ligada a su vacunación, las denuncias en Formosa contra de los centros de aislamiento para enfermos de Covid-19 -dispuestos por Gildo Insfrán-, el informe de Davos donde la Argentina obtuvo uno de los peores resultados en la lucha contra el Covid-19 y la ratificación de Victoria Donda al frente del Inadi.
Sobre el final del mes, en Twitter surgió el apodo “Aumento Fernández” y fue tendencia nacional durante casi 9 horas.
Febrero comenzó envolviendo al presidente en la polémica por la dudosa calidad de los cortes de carne a precios populares lanzados por el Gobierno, y sus advertencias respecto a un posible aumento de las retenciones al campo.
El 10F Alberto vuelve a llamar la atención del segmento joven. En Twitter, un usuario lo relacionó con la consigna “broma pesada a mí misma/o”, obteniendo más de 30.000 interacciones que la volvieron tendencia en Argentina durante 8 horas y 45 minutos.
Los días posteriores serían de los más tranquilos para el Presidente, al menos en el ámbito de la conversación digital.
El escenario cambia el 19 de febrero. Tras el escándalo por los vacunados de privilegio, las publicaciones vinculadas a Fernández generan un nuevo pico de menciones (similar al ocurrido por el caso de Victoria Donda en enero) y el tema se vuelve recurrente durante los días posteriores.
El “vacunatorio vip”, con Ginés González García a la cabeza, generó el segundo pico de menciones del año vinculadas al presidente Fernández. Más allá del volumen de las menciones (más de 70.000), ese día cerca de 37.000 usuarios únicos de las redes sociales se expresaron sobre el tema. A diferencia del hito que marcó el caso de Donda, en esta oportunidad Fernández le pidió la renuncia al ministro González García, pero el escándalo continúa. Las redes sociales le siguen marcando otra cancha a Alberto, esa donde a las palabras no se las lleva el viento y el no hacerse cargo tiene sus consecuencias.
Consultor en comunicación digital, director de Políticos En Redes