Reconstruir la movilidad social ascendente
Un año de gestión, momento de balances. No como una mera formalidad simbólica, sino como la base de análisis para reflexionar acerca de nuestros aciertos y errores y así planificar lo que viene.
Cumplimos nuestro primer año de gobierno en circunstancias que nadie podía imaginar. La pandemia del Covid-19 puso al mundo en una crisis sanitaria y económica de la que no estuvimos exentos. Ante esto, debimos replantearnos objetivos y atacar lo urgente sin perder la mirada estratégica que toda política de Estado debe tener.
Avanzamos en tres políticas públicas centrales: el plan Argentina Contra el Hambre como base para terminar con uno de los flagelos más injustos que aqueja a una importante porción de la población argentina. Nos propusimos que en cada mesa haya comida, y también apuntamos a construir una conciencia diferente sobre la necesidad de mejorar nuestra alimentación. El primer paso, allá por diciembre de 2019, fue poner en marcha la tarjeta Alimentar, que alcanzó a un millón y medio de familias, especialmente madres con chicos menores de seis años. Teníamos objetivos múltiples: el acceso a los alimentos básicos; la buena nutrición, que se priorice el consumo de leche, carnes, frutas y verduras; y motorizar la economía, para que los comercios barriales reactiven sus ventas. Un círculo virtuoso que alcanza y redunda en la comunidad, el barrio, los vecinos.
Logramos ampliar la cobertura de asistencia alimentaria hasta llegar a unos 11 millones de argentinos, en el marco de una crisis económica muy sustantiva, profundizada por el contexto de la pandemia
En paralelo, logramos ampliar la cobertura de asistencia alimentaria hasta llegar a unos 11 millones de argentinos, en el marco de una crisis económica muy sustantiva, profundizada por el contexto de la pandemia. Así buscamos que los comedores barriales –con el apoyo fundamental de los movimientos sociales, las iglesias y los clubes– se conviertan en espacios comunitarios que, además de ayudar a paliar la situación alimentaria, contienen socialmente, ayudan con la educación y acompañan a las familias más vulnerables.
La segunda política que implementamos tiene eje en el trabajo: con el plan Potenciar Trabajo reconvertimos los diferentes planes sociales y subsidios en trabajo genuino en cinco ramas de la economía: la construcción, la industria textil, en la economía del cuidado, el reciclado y la producción de alimentos. En este último caso, se refleja la relación constante que existe entre nuestras políticas: fomentar la producción de alimentos de la economía social es una de las claves para generar empleo, pero también para llegar a los barrios con productos de buena calidad, nutritivos y a bajo costo.
Definitivamente, otro eje central en este camino de generar empleo está relacionado con el plan de urbanización de barrios populares. El objetivo es urbanizar 400 barrios por año en 10 años y así terminar con esta deuda que la democracia argentina tiene con aquellos que aún no pueden acceder a los servicios básicos como el agua potable, el gas o cloacas.
Hoy el Potenciar Trabajo alcanza a unas 700.000 personas que, a través del acuerdo del Ministerio con el Banco Nación, también accedieron a la bancarización de sus ingresos, con cuentas que pueden ser utilizadas sin restricciones. Esto es una herramienta clave para que los prestadores puedan ampliar sus horizontes en el mundo del trabajo más allá de lo que pueda ofrecerles el Estado. La clave de todo es posibilitar una movilidad social ascendente para todos y todas. Estamos convencidos de que eso es posible por el camino del trabajo.
También activamos políticas relacionadas con niñez y adolescencia. La Argentina tiene 56% de pobreza entre los menores de 14 años y un 50% en los jóvenes. Ahí tenemos dos temas centrales. Pensando en ese primer sector, pusimos en marcha 800 nuevos jardines para niños y niñas desde los 45 días a los 5 años. Si podemos lograr que todos los chicos y chicas vayan al jardín estoy seguro de que vamos a disminuir drásticamente la desigualdad. Ese tiene que ser nuestro objetivo: que en la Argentina partamos todos del mismo lugar, con las mismas oportunidades.
Para quienes están entre los 18 y los 29 años creamos el programa Potenciar Inclusión Joven, que otorga becas de hasta doce meses en las que reciben 8500 pesos para poner en marcha proyectos productivos o comunitarios o culturales. Es clave que pongamos el acento en nuestros jóvenes, que podamos acompañarlos desde el Estado en el ingreso al mercado laboral, pero también en la finalización de sus estudios. Contenerlos para que puedan forjar su futuro y que puedan planificar con la esperanza en un país que crece con todos y todas adentro.
Estos son los pasos que fuimos dando en el largo camino que afrontamos. Pasos firmes, estratégicos, pensando en el futuro a largo plazo sin perder de vista los desafíos que nos vamos encontrando en el territorio. Así, caminando junto a la comunidad, a esa gran red social que tiene nuestro país, transitamos nuestro primer año. Queda mucho por delante y para eso estamos preparados. Siempre con un objetivo: que el Ministerio de Desarrollo Social trabaje para reconstruir la Argentina.
Ministro de Desarrollo Social de la Nación