¿Quiénes quieren arreglar con la Argentina?
Cristina dispuesta a modificar los manuales del kirchnerismo ortodoxo si logra el objetivo de sumar rápidamente fondos para su gestión
Las exacerbadas muestras del Gobierno de querer reconciliarse con el mundo, recuperar prestigio y obtener dinero fresco ante la sangría de reservas resulta ser inversamente proporcional al elevado nivel de incertidumbre y duda con que la diplomacia extranjera recibió esos gestos.
Está claro que en su afán de pragmatismo la presidenta Cristina Kirchner acaba de dar fuertes señales de querer amigarse con el frente externo. Está dispuesta incluso a modificar los manuales del kirchnerismo ortodoxo si logra el objetivo de sumar rápidamente fondos para su gestión. Pero no está claro aun cómo, cuándo y quiénes estarán dispuestos a tenderle la mano a un gobierno que precisamente nunca se caracterizó por generar confianza en el mediano o largo plazo.
No está claro aún cómo, cuándo y quiénes estarán dispuestos a tenderle la mano a un gobierno que precisamente nunca se caracterizó por generar confianza en el mediano o largo plazo.
Hay gestos inevitables que llegaron del exterior y que ratifican que la Argentina no tendrá un camino sencillo para regresar al mercado mundial:
- El caso Repsol . Con la misma ligereza con que Axel Kicillof se jactó el año pasado de instrumentar la estatización de YPF ayer se mostró confiado en alcanzar un acuerdo con Repsol. Pero los españoles no confían ciegamente en los funcionarios kirchneristas y exigieron garantías del Gobierno antes de avanzar de lleno en retirar la demanda en el CIADI y dar con un acuerdo por el pago de indemnización de la petrolera . ¿Acaso pensó Kicillof que el directorio de Repsol firmaría sin reparos un acuerdo de entendimiento con el mismo gobierno que justificó un desplante millonario en defensa de la causa nacional y popular? ¿Creerá la Casa Rosada que con la decisión de pagar ahora a Repsol en Madrid se revertirán las resoluciones que frenaron el ingreso de biodiésel argentino al mercado europeo? Diplomáticos españoles aseguraban anoche a LA NACION que "hay que mirar toda la película y esperar certezas antes de emitir señales de amistad". ¿Mayores precisiones?
- El gesto hacia México. La presidenta Cristina Kirchner agradeció ayer a su par de México, Enrique Peña Nieto, "el preponderante rol que asumió" el director general de la petrolera mexicana Pemex, Emilio Lozoya, en lo que el gobierno argentino calificó como "el acuerdo alcanzado" entre YPF y Repsol. Pero este gesto no hizo olvidar ayer a los funcionarios mexicanos que en junio de 2012 la Argentina suspendió el pacto de complementariedad económica vigente de la industria automotriz con el país azteca. Esta decisión que se tomó en menos de 24 horas en Buenos Aires dejó a México en una vertiginosa caida de la oferta de sus vehículos en el mercado argentino. ¿Acaso Peña Nieto olvidará ese golpe económico por el simple llamado de agradecimiento de Cristina Kirchner?
- Mejoras sin Moreno. En la Casa Rosada algunos funcionarios aseguran que la salida de Guillermo Moreno del Gobierno mejorará los alicaídos lazos comerciales con los países vecinos. Varios referentes del Gobierno dijeron a LA NACION que hay intenciones claras de eliminar el esquema de declaraciones juradas a importadores que exigía Moreno para pasar gradualmente a un sistema "menos nocivo" de licencias no automáticas. También creen que Brasil o Uruguay se beneficiarán en lo inmediato con estas medidas y con la posibilidad de liberar la industria naval o la farmacéutica. Pero este optimismo kirchnerista no encuentra reflejo en los países vecinos. Sino habrá que preguntar por qué el presidente de Uruguay José "Pepe" Mujica ayer dijo que Cristina Kirchner tiene "un proyecto al estilo de 1960" que le "quita el sentido al Mercosur". No sólo esto. Allegados al presidente de Uruguay dijeron a LA NACION que Mujica no tiene previsto visitar por el momento a Cristina Kirchner para solucionar temas bilaterales porque no confía demasiado en lograr un acuerdo. Las opiniones, más reservadas y cuidadas de Dilma Rousseff respecto de la Argentina no distan demasiado de las de Mujica: coincide en que el proteccionismo exacerbado del kirchnerismo y su afán de protagonismo pusieron en riesgo no sólo las relaciones entre vecinos sino un eventual acuerdode libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea que se podría empezar a negociar en menos de un mes en Bruselas.
Hay gestos inevitables que llegaron del exterior y que ratifican que la Argentina no tendrá un camino sencillo para regresar al mercado mundial
- Búsqueda de fondos. La Presidenta dio instrucciones precisas a sus ministros para salir a buscar fondos y créditos por el mundo. Para ello, avaló la restitución de las negociaciones con el FMI y el Club de París. La Argentina le debe a este último organismo más de 9600 millones de dólares. Algunos de los países que conforman ese club como Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España, Francia, Japón y Rusia, entre otros, aseguran que el Gobierno aun no dio muestra alguna de intentar abrir una negociación por esa deuda. "Hasta ahora son todas muestras de buena voluntad pero no hemos recibido una oferta o un gesto concreto porque creemos que la Argentina sabe que debe presentar algo razonable", se sinceró ante LA NACION un destacado diplomático europeo al analizar los próximos pasos a seguir. Los analistas que siguen de cerca este tema coinciden en que no será tan fácil negociar con el Club de París ni con el FMI. Se requiere para ello de una ingeniería previa de cambios al Indec, por ejemplo, que garantice cifras reales de la economía argentina.
Arturo Graf, escritor y poeta italiano, solía repetir que "la política suele ser el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos". Cualquier similitud con la argentina kirchnerista de estos días es pura coincidencia.