Qué significa victimizarse
La victimización es una conducta de declaración de inferioridad de condiciones. Todos en algún momento la hemos utilizado, pero hay personas que la utilizan a menudo, como una estrategia pasiva para lograr sus objetivos.
La persona que se victimiza quiere lograr básicamente dos objetivos:
- En primer lugar, inhibir al agresor. Cuando la persona se victimiza es como un lobo que le muestra el cuello a otro en una declaración de derrota, con lo cual logra frenar una nueva agresión.
- En segundo lugar, buscar la empatía del grupo. Cuando yo “ando llorando por los rincones”, el grupo desarrolla empatía hacia el herido para protegerlo.
¿Cuál es la trampa de la victimización?
La trampa es que uno queda encerrado en su concepto de derrotado. Es decir, que quien se victimiza porta una cárcel que dice: “Soy un pobrecito, estoy derrotado, todo me sale mal”. Como consecuencia, no puede disfrutar ningún logro ni triunfar, pues esto sería un “pecado” para el concepto que él mismo armó y en el que quedó atrapado.
La victimización es una especie de encerrona interna, con la cual la persona logra empatizar e inhibir al agresor pero, a la vez, queda bajo una condena interna permanente.
Distintas maneras de victimizarse
- 1. Mi dolor es más grande que el tuyo. El mensaje de la persona es: “Lo tuyo no es nada comparado con lo mío”. “Mamá, me acabo de separar”, le cuenta la hija, y la madre le responde a los gritos: “¡Lo mío es peor! Tu padre nunca me escuchó y yo no he logrado separarme”. Se muestra el propio dolor como una manera de llamar la atención. Es el caso de aquel que concurre a un velatorio y llora más que la persona que perdió a un ser querido.
- 2. Lo hice por vos. “Yo dejé todo por vos; yo me sacrifiqué por vos”... la palabra preferida en esta técnica es “sacrificio”. Es decir, que la persona hizo un depósito de dolor a favor del otro y ahora necesita cobrar y que su deudor le pague. El mensaje detrás de la frase: “Todo lo que hice lo hice por vos” es: “Ahora sos mi esclavo y me debés el favor de amarme”.
- 3. Tirar la toalla antes de subir al ring. “No lo puedo hacer”, o “ese proyecto es muy difícil para mí” significa que la persona decide abandonar antes de empezar.
- 4. Criticarse y despreciarse. “Soy un tonto, todo me sale mal”. A través de este artilugio, la persona se critica a sí misma para evitar que otros la critiquen. Es decir, que yo me lastimo y me castigo a mí mismo como una forma de inhibir la acción de los otros.
- 5. Utilizar el dolor como tarjeta de presentación. Los psicópatas utilizan lo que los expertos han llamado “el juego de la víctima”. “Yo sufrí mucho... salí con diez mujeres y ninguna logró entenderme”, expresa el hombre psicópata. Exagera su dolor y lo pone por delante en cualquier situación, como método para despertar en ella un sentimiento de cuidado y de omnipotencia que la hace declarar: “Yo te voy a cuidar y a salvar”.
- 6. Cambiar el eje. Supongamos que el jefe le marca algo a la secretaria, un error en el trabajo que realizó, y ella se pone a llorar. De este modo, cambió el eje de la corrección a un eje emocional, en un intento por generar lástima y dolor en el otro.
Nunca deberíamos sentir lástima por nadie. Sí, compasión. ¿Cuál es la diferencia? La lástima dice: “¡Pobrecito!”; la compasión dice: “Pobre, podés hacer algo para salir de esa situación”. Es la misma diferencia entre aceptación y resignación. La resignación dice: “Esto es así y punto”; mientras que aceptación es: “Esto es así, pero puedo hacer algo para salir”.
¿Qué hacer frente a aquel que se victimiza?
Transmitirle nuestra empatía, nuestro abrazo y luego guiarlo inteligentemente a que pueda ver qué hará a partir de ahora. Es decir, cómo transformará lo sucedido en crecimiento, lo cual está en sus manos hacer. Así ayudamos a la persona a correrse de una posición pasiva hacia una posición activa.
No podemos controlarlo todo, pero siempre podemos accionar para dar un paso hacia adelante. No podemos controlar el clima, pero podemos elegir si saldremos con paraguas o nos quedaremos en casa. La acción nos permite ir construyendo nuestra estima, por medio de pequeños cambios.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com