¿Qué puede faltar?
"¿Cómo podemos pedir que entiendan a quién están por votar (a Macri) si tienen sólo el primario?"
(Del piquetero chaqueño Emerenciano Sena.)
Ya se había visto a Zamba, el personaje infantil de la televisión estatal con un cartel que les decía a los chicos que había que votar a Scioli para no perder Tecnópolis. Ya el locutor de Fútbol para Todos había advertido a los televidentes que si no elegían al oficialismo en el ballottage, tendrían que pagar para ver ese deporte (como si los 6000 millones de pesos que lleva gastados esa transmisión no los pagara el Estado de todos y todas, sino Sandra, la orangutana). Y ya Daniel Gollán, ministro de Salud de la Nación, había desmentido que fuera suyo el tuit sobre el peligro que correrían los enfermos de cáncer en caso de ganar Macri. "Tres de mis abuelos murieron de cáncer y jamás pondría algo así", dijo el funcionario. Eso y decir que uno tiene un amigo judío y otro homosexual es casi lo mismo. La realidad no nos exculpa de los pensamientos perversos. Resulta útil pegar una rápida miradita a la cuenta de Twitter del funcionario. Si no es él quien escribe, hay un hacker que lo tomó de punto.
Cuando uno creía que había visto y oído todo, apareció en escena el piquetero chaqueño Emerenciano Sena para justificar porqué trató de impedir que Macri hiciera proselitismo en esa provincia. "Si la gente quiere dejarse violar (por ese candidato), que lo haga. ¿Cómo podemos pedir que entiendan a quién están por votar si tienen sólo el primario?", se preguntó el inesperadísimo adalid del voto calificado.
Y agregó: "Si Macri llega a presidente, le haré piquetes como hice con De la Rúa y con Menem. Terminaré con un tiro defendiendo mis ideas". (Informaciones de último momento dicen que Sena ya habría tomado contacto con la madre del video que, ante el llanto desconsolado de su hijita, le promete ir a la Plaza de Mayo a sacar en helicóptero al candidato de Cambiemos si llegara a ganar en el ballottage.)
El nudo del problema no es Macri, que bien podría perder el próximo 22. El centro del debate pasa por hasta dónde algunas personas y grupos de personas están dispuestas a llegar para reclamar un voto.
Según el propio Scioli, su candidata a ministra de Economía, Silvina Batakis, compró pescado podrido cuando denunció por Twitter que la gobernadora electa bonaerense iba a cancelar planes educativos. Desde ya que algunos lo compran, pero otros lo cocinan y hasta dejan que se sirva. Cuántos comensales hay dispuestos a comerlos es, por estas horas, la pregunta del millón.
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