¿Pueblo o popularidad? (o el estado del Estado)
¿Qué es un pueblo?, el título del libro publicado por Eterna Cadencia, es una pregunta tan elemental como incisiva
"¿Qué es un pueblo?" es el título del libro publicado por Eterna Cadencia que reúne ensayistas del presente, como Alain Badiou, Pierre Bourdieu, Judith Butler o Jacques Rancière (en excelente traducción de Cecilia González y Fermín Rodríguez). La pregunta es tan elemental como incisiva. Y muy oportuna para estos tiempos de encuestas donde parece que todas viraran hacia un lado o hacia el otro, como si se pudiera abarcar lo social en términos cuantitativos o temperamentales.
Según Badiou, el pueblo ya no es un sustantivo progresista, ni tampoco una designación fascista, -más allá de los usos nazis del término "volk". Elige el adjetivo "popular", cada vez más cargado de significaciones, "más activo". Y dice, "el adjetivo apunta a politizar al sustantivo".
¿Guerra gramatical o semántica? Yo diría, escenográfica; lo popular, más que lo representativo de alguien, se asemeja a la actuación de cualquiera. Del ser popular hemos pasado al pulular para ser. La vidriera como representación. Y esta exhibición se combina con el vapuleo. O sea, descalificar como un modo de reivindicación. ¿A qué pueblo representa este escenario?
"¿Qué es un pueblo?" es el título del libro publicado por Eterna Cadencia. La pregunta es tan elemental como incisiva. Y muy oportuna para estos tiempos de encuestas donde parece que todas viraran hacia un lado o hacia el otro, como si se pudiera abarcar lo social en términos cuantitativos o temperamentales.
Judith Butler, en su ensayo "Nosotros, el pueblo", se pregunta: "¿Qué clase de ‘nosotros’ es este que se reúne en la calle y que se afirma a sí mismo a veces por medio del discurso, de actos o de gestos, pero más a menudo al reunirse en el espacio público como aglutinamiento de cuerpos visibles, audibles, tangibles, expuestos obstinados e interdependientes?"
La pregunta por el "nosotros" es un reclamo de la diferencia, o al menos, un repudio del aglutinamiento. Tantas encuestas y estadísticas no hacen más que alejar a las personas de su singularidad. Sigue Butler: "¡Por supuesto, nunca llega a ocurrir que la totalidad de las personas para ser representadas por el pueblo aparezcan todas juntas a reclamar que son el pueblo! Así que ‘nosotros, el pueblo’ tiene siempre un afuera constitutivo."
¿Y quiénes son los que están afuera del pueblo? ¿Aquellos que no participan de la medición del rating, por ejemplo? ¿Algún lector de esta columna recibió una consulta sobre sus preferencias televisivas? ¿Le instalaron acaso un aparatito de medición en su televisor, el "people-meter" u otro sistema? ¿Tenemos representación en las encuestas los que nos somos consultados? Si tomamos la diferencia que plantea Badiou, el sustantivo engloba y el adjetivo pone en funcionamiento… ¡Qué será del hombre sin atributos, inventado por el visionario escritor Robert Musil!
"Sobre el Estado"
Butler, concluye: "Parecería entonces que ‘nosotros, el pueblo’ es ante que nada un acto de habla auto-designante y auto-constituyente". Georges Didi-Huberman va más lejos: "El pueblo como identidad no existe" y Jacques Rancière, en su ensayo "El inhallable populismo", le da la razón, y en lugar de pueblo, prefiere decir "figuras construidas privilegiando ciertas formas de reunión". ¡Llegamos a la social geometría!
Otro libro reciente para combinar con los ensayos reunidos en "¿Qué es un pueblo?" es el último de Pierre Bourdieu, "Sobre el Estado" (Anagrama), sus cursos en el Collège de France. Es un amplio recorrido, que incluye las acciones del Estado, lo público y lo oficial, una lectura sociológica de Kafka, arcaísmos culturales y transformaciones económicas, el poder simbólico y efectos de creencia, la doble cara del Estado (dominación e integración), la corrupción en China, el campo jurídico y su capital lingüístico. Y renueva el análisis con variables como "el interés por el desinterés" o "las luchas de intereses y las luchas de inconscientes en el debate político". Ahora bien, no aclara si el Estado es un sustantivo, y en tal caso, si es un sustantivo colectivo o singular, común o propio…
De la lectura de estos dos libros, podría desprenderse una frase luminosa de Hannah Arendt, "Cuanto más libre está un hombre de prejuicios menos apropiado es para lo puramente social".
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