Protección de datos y privacidad
Si te gusta bien y si no también. Así me decía mi madre cuando era chico y me invitaba a comer milanesas de hígado. Algo parecido nos presenta WhatsApp con sus nuevos términos y condiciones de uso: si las aceptamos podremos continuar utilizando la App; caso contrario quedaremos fuera de servicio el 15 de mayo próximo.
Lo que WhatsApp no explica con certeza, es lo que implica, en la práctica, aceptar sus nuevas políticas de uso y ello merece, definitivamente, algún manto de claridad para todos aquellos que conservan un mínimo interés por su privacidad
Lo que WhatsApp no explica con certeza, es lo que implica, en la práctica, aceptar sus nuevas políticas de uso y ello merece, definitivamente, algún manto de claridad para todos aquellos que conservan un mínimo interés por su privacidad.
Las nuevas reglas de juego permiten a WhatsApp compartir con sus socios de Facebook e Instagram (Messenger incluido y esperemos que sea sólo con ellos aunque sólo Dios lo sabe) información sustancial vinculada a cada usuario lo que incluye: el número de teléfono, datos de identificación y contactos con detalle de? "grupos" e imágenes de perfil; datos de operaciones comerciales, esto es, cualquier pago o transacciones realizada con la App, y datos del teléfono móvil como su modelo y marca, sistema operativo, carga de batería, proveedor de servicio de internet, potencia de la señal, modelo de hardware y dirección IP para geolocalización.
No aparece incluido, en las nuevas reglas de juego, el contenido de los mensajes enviados por el usuario (texto, videos y mensajes de voz) que seguirían, en principio, cifrados punto a punto. Al respecto se mantendría vigente la regla que establece que durante la "prestación ordinaria del servicio" los mensajes de los usuarios no se guardan en los servidores de la Empresa. Deberíamos definir qué se entiende por "prestación ordinaria" ya que, a contrario sensu:¿existiría una prestación extraordinaria que justifique la decisión unilateral de conservar los mensajes? Parecería viable.
Evidentemente la intención es validar la recolección de la mayor cantidad posible de información personal a los efectos de "perfilar" y monetizar datos con publicidad dirigida y ofertas personalizadas: más de lo mismo pero a mayor escala y control.
Las nuevas reglas de juego, casualmente, no aplican a la Unión Europea donde rige su flamante Reglamento General de Protección de Datos que otorga amparo legal a la privacidad y datos personales de quienes residen en su territorio mientras que en América Latina y en particular en la Argentina, mantenemos vigente una ley de protección de datos personales del año 2000, que requiere urgente actualización y adecuación a los estándares europeos.
El supuesto "consentimiento requerido a los usuarios" no sería tal ya que poco podríamos hablar de "consentir" cuando se presenta únicamente la posibilidad de "aceptar los nuevos términos o perder el uso de la App": no hay consentimiento técnicamente viable en el planteo "tómalo o déjalo".
Quedará en manos de cada uno de nosotros seguir entregando privacidad a esta App u optar por sustitutos como Telegram o Signal que han incorporado millones de nuevos usuarios en estos últimos días.
Abogado y consultor especialista en Derecho Digital, Privacidad y Datos Personales. Director del Programa Ejecutivo de Derecho y Comunicación Digital de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral. Profesor Facultad de Derecho UBA