Prosas sobre la poesía del cuerpo
Sobre La vecindad de la carne, de Valerio Magrelli
De vez en cuando sucede que un libro extranjero traducido a otro contexto, a otro horizonte cultural, tiene una resonancia especial. Parece escrito para ese país, incluso más que para el país de origen. Algo de eso pasó con el libro de poemas Epígrafes para la lectura de un diario, del italiano Valerio Magrelli (Roma, 1957), publicado en 2008 por Bajo la Luna. Un libro exquisito que, en su afinidad por el objetivismo combinado con la crítica social y el análisis del lenguaje de la prensa, podía ser leído casi como argentino en pleno auge del debate social por el rol de los medios.
Más allá de ese caso excepcional o de la publicación de Rojo Floyd de Michele Mari, lo cierto es que las traducciones argentinas de literatura italiana contemporánea son casi inexistentes. Lo poco que se imprime, además de ciertos clásicos del siglo XX, son traducciones comerciales confeccionadas en España. Por el contrario, en una librería italiana es fácil toparse con libros de escritores argentinos contemporáneos. El caso de Magrelli, uno de los poetas, críticos y prosistas más reconocidos de su generación, es una contada excepción. En gran medida gracias al trabajo de Guillermo Piro, traductor militante; primero en verso, ahora con La vecindad de la carne, primer libro de prosa de Magrelli, publicado en Italia en 2003.
La vecindad de la carne (en italiano Nel condominio di carne) es una colección de textos breves (cincuenta y cinco) que orbitan alrededor de un mismo tema; componen, de hecho, un tratado sobre el cuerpo: como aglomeración de células; como un manojo de piel, huesos, músculos y tendones, de órganos más o menos disfuncionales que van aquejando el paso del tiempo. Dolencias, afecciones, visitas a consultorios, tratamientos, verrugas, problemas en la vista, sarpullidos, quebraduras, cálculos renales, accidentes domésticos… Más que ante la historia de un cuerpo estamos frente a una autobiografía médica; ya que sólo cuanto el cuerpo duele o molesta se hace presente como motivo literario, nunca cuando es fuente de placer, de goce. Si la salud es el silencio de los órganos, como consigna el autor en un fragmento, sólo cuando "chirría la polea en el pozo de la carne" hay espacio para que se ponga en movimiento la escritura.
A la manera de Francis Ponge cuando describe su propio cuerpo, la minuciosidad de Magrelli no esquiva el bulto pero tampoco se regodea en lo escatológico y encuentra en el humor una recurrente válvula de escape; el organismo es descrito a partir de la mirada fascinada de un niño cada vez más esmerilada por la melancolía del adulto. "Comprendí que la tristeza del recuerdo no era otra cosa que la forma de mi ser", escribe en un momento y más adelante: "Yo cargo conmigo mismo, soy mi promontorio, siempre presente en mí, siempre al borde del acantilado, siempre demasiado."
El texto depara continuamente picos, destellos. Imágenes y frases fosforecen en la consciencia del lector, y una vez que la voz de Magrelli se retira lo que perdura está más cerca de las marcas intermitentes que deja un libro de poemas o una colección de prosas, con sus resonancias internas y la proliferación de sentidos, que de la figura narrativa de una novela. Un dibujo espiralado al que Magrelli ha estado volviendo, recientemente en Geologia di un padre, inédito en español, una incandescente colección de textos breves que orbitan alrededor de la figura paterna recogidos como material radiactivo a lo largo de toda una vida y sólo desenterrados tras la muerte del padre.
En ese sentido no deja de ser llamativa la insistencia de la contratapa de La vecindad de la carne en etiquetar al texto, cuando si algo intenta el proyecto literario de Magrelli es todo el tiempo desestabilizar, cuestionar la idea de género narrativo o la idea misma de ficción. Poco importa si estamos ante una novela. Se entiende el recurso, ya que hoy en día la palabra "novela" es casi tan imprescindible como el código de barras para poder vender literatura. En todo caso, si el resultado es que este delicado artefacto literario llegue a más lectores, cualquier reparo es insignificante.
LA VECINDAD DE LA CARNE
Por Valerio Magrelli
Mardulce
Trad.: G. Piro
192 páginas
$ 140