Profesionales +85: la economía plateada sigue creciendo
En la Década del Envejecimiento Saludable impulsada por la ONU, el lema “Hacer con ellos y no para ellos” acompaña una nueva madurez
- 8 minutos de lectura'
Lydia (86), Isidoro (90) y Haydée (90) se sienten activos, plenos y entusiasmados. Conviven en una residencia para personas mayores donde además de compartir talleres pueden desarrollar sus propios proyectos. Clases de yoga, sesiones de terapia por videollamada y asesoramientos a una ONG constituyen las principales actividades que los sostienen y los ayudan a sentirse mejor. En constante búsqueda de un envejecimiento saludable, el camino recorrido revela el atajo que les permite resignificar un presente cargado de energía positiva. Sostener el trabajo que realizaron durante años es la fórmula que aplican para potenciar una mejor calidad de vida.
Puertas adentro del Hogar LeDor VaDor, en el corazón del barrio de Chacarita, Lydia Brodsky apura a sus alumnas para empezar las clases de yoga. Desde su habitación, Isidoro Uberman ajusta el sonido de su computadora para atender las consultorías de una institución de Melbourne. Y Haydeé Toronchik, psicoanalista, espera el llamado de uno de sus pacientes en el SUM del sector que, por 45 minutos, se transforma en su consultorio.
Las historias de los profesionales +85 dan pistas del cambio de paradigma que viene a complejizar la economía plateada. Se jubilaron hace tiempo y encontraron en la continuidad de sus ocupaciones la clave para sentirse activos, productivos y con la salud emocional a raya.
Las historias de los profesionales +85 dan pistas del cambio de paradigma que viene a complejizar la economía plateada. Se jubilaron hace tiempo y encontraron en la continuidad de sus ocupaciones la clave para sentirse activos, productivos y con la salud emocional a raya.
“Dirigí un instituto de yoga en Castelar por más de 25 años. Retomar las clases aquí fue como volver a vivir, ahora me siento útil. No es para mí estar todo el día mirando la tele”, dice Lydia Brodsky (86), que ingresó junto con su marido en 2022 y enviudó al poco tiempo. Transitó el duelo rodeada de un equipo interdisciplinario (gerontólogos, médicos y psicólogos) que detectó la necesidad y contribuyó a su realización. Pasó del Estudio de Yoga Superior y Disciplinas Corporales de la calle Montes de Oca al salón del hogar donde todos los martes controla la postura de sus propios compañeros y compañeras. Respirar, concentrarse, elongar y relajarse forman parte de las clases.
Otros estilos
“Me costó adaptarme al estilo de alumnos que iba a tener, no había trabajado nunca con gente en silla de ruedas”, asume Lydia, que ingresó en la institución para mejorar su condición física producida por la artrosis. La profesora de yoga dispone de pelotitas de tenis para que sus alumnos y compañeros de la residencia masajeen los pies, una campanita de bronce y dos platillos. “Estimulan la relajación después de las torsiones y flexiones”, explica. Los talleres de pintura y mosaiquismo la convocan, además de las actividades para entrenar la memoria y las capacidades cognitivas. “Mi disco rígido anda muy bien para recordar cuestiones del pasado. Lo reciente se me olvida un poco. Es que los años no vienen solos, vienen acompañados”, dispara con humor. A Lydia la visita su familia, que la pasa a buscar para pasear o salir a comer. Con nietos en Austria y Alemania, cada viaje que realizan es una fiesta. “Me reconforta dar las clases. Cuando veo a alguien con alguna postura de agobio no me puedo contener. Les digo que se enderecen, soy bastante metida, porque ese es el trabajo de los kinesiólogos”, aclara y agrega: “Me gusta estar activa, siempre lo fui”.
Iván Glait, director de actividades de LeDor VaDor hace 15 años, confiesa el truco que aplican junto al equipo interdisciplinario para el trabajo cotidiano con los residentes: “Uno piensa en hacer para ellos y la realidad es que hacer con ellos facilita todo. Invitamos, ofrecemos y damos a conocer las propuestas para 272 personas mayores. Tratamos de potenciar el interés cuando detectamos que el proyecto personal puede ser un factor que los ayude a sentirse mejor. Resulta un beneficio tanto para quienes lideran la actividad como para quienes la reciben”, señala el especialista.
Mientras que las clases de Lydia están enmarcadas en un programa de voluntariado, las sesiones de psicoanálisis de Haydeé Toronchik son rentadas. La psicoanalista, que cumplió 90 años el 14 de enero, se mudó en 2022 a la residencia, su actual base de operaciones desde donde atiende a seis pacientes por teléfono. Haydeé es coautora de Trastornos psicosomáticos en la infancia, clínica y teoría en psicoanálisis contemporáneo (Lugar Editorial), jubilada, y ejerce la profesión desde que se recibió en la Universidad de Buenos Aires. “Fui de las primeras camadas. Empecé como auxiliar de psiquiatría, seguí como docente y atendí en consultorio propio durante 50 años. Me especialicé en niños”, destaca Haydeé, que llegó hace un año al hogar por problemas de visión y una operación de cadera que la dejó sin caminar por mucho tiempo. “No todo el mundo tiene la suerte de trabajar de lo que le gusta. Y yo sigo en carrera. Es una exageración cumplir 90 años, ¡qué coraje!”, dice divertida. “Trabajar forma parte de estar viva, no lo puedo resumir de otra manera”, determina. Con tres nietos y dos bisnietos, Haydeé les prestó mucha atención durante la pandemia, ya que observó entre sus pacientes que los chicos atravesaron situaciones difíciles. “Noté que los niños y adolescentes en general se enfermaron y tuvieron trastornos del sueño. Es que estuvieron encerrados mucho tiempo con sus padres, lejos del ámbito de juego y socialización naturales”, apunta la psicoanalista que, además, coordina charlas temáticas en la institución. “Todos los martes propongo temas para debatir. El más exitoso fue la “abueldad”. Soy adicta a charlar y estar con gente. Me mantiene activa y le da sentido a la vida”, expresa.
“Estar ocupado es normal, no sé vivir de otra manera”. Isidoro Uberman es maestro mayor de obras, jubilado. Tiene 90 años y vivió 29 en Melbourne, Australia, donde trabajó en una empresa constructora. Además, colaboraba en la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Habla Hispana en Victoria, una ONG donde organizaba viajes turísticos y se ocupaba de la administración. “Volví a la Argentina porque enviudé, quedó uno de mis hijos allá. Y me mudé a la residencia porque tuve un accidente y perdí una pierna, la movilidad es bastante complicada para vivir solo”, comenta Uberman desde su habitación, luminosa y con un gran escritorio donde se conecta diariamente con la institución australiana con la que sigue en contacto.
“Me dediqué a achicar la brecha del lenguaje entre los inmigrantes latinos que llegaban a Melbourne, gente mayor que no podía comunicarse en inglés con sus nietos o realizar actividades en la ciudad”, explica. “Y ahora sigo asesorándolos en temas contables y administrativos. Continuar las consultorías y ser un referente me mantiene activo, además de hacer traducciones y leer los diarios de allá. La actividad la hago ad honorem, no cobro un centavo”, destaca.
Gestionar una mejor calidad de vida +80 requiere ciertos ajustes y cambios de estructuras. Así lo entendió la Asamblea General de las Naciones Unidas que declaró el periodo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable y pidió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que lidere su puesta en práctica. Este proyecto colaborativo y a escala mundial apuesta a aunar esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, el mundo académico, los medios de comunicación y el sector privado. El objetivo es ambicioso: pretende llevar a cabo una acción concertada y catalizadora orientada a promover vidas más largas y saludables.
“Lo que antes era una excepción ahora es una regla. Vivir más ya dejó de ser un privilegio. La expectativa de vida aumentó, las personas resignificaron su papel en la sociedad para seguir ejerciendo. Cambió el concepto de seguir activo”.
Vivir más y mejor
“Lo que antes era una excepción ahora es una regla. Vivir más ya dejó de ser un privilegio. La expectativa de vida aumentó, las personas resignificaron su papel en la sociedad para seguir ejerciendo. Cambió el concepto de seguir activo”. Miriam De Paoli es especialista en la generación plateada. Cofundadora de Long Data, un think tank que analiza el fenómeno de la longevidad en diferentes y gestora de organizaciones del tercer sector, De Paoli plantea que ya no se piensa al trabajo de manera lineal.
“Es difícil que las personas se jubilen en sus primeros trabajos, ahora es más dinámico el mundo laboral”, dice. Y sugiere “desromantizar la mirada sobre la longevidad, ponderar el trabajo voluntario donde gana el que brinda y también el que recibe. Pensar, desde los 40 o 50 años, la inquietud no tanto sobre cuánto vamos a vivir sino cómo lo vamos a lograr”. Según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares elaborada por el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) entre los 60 y 74 años,48 de cada 100 varones continúan en la actividad económica. Este valor disminuye a 8 de cada 100 a partir de los 75 años.
En tanto, para Jonathan Cohen, subdirector de LeDor VaDor, el desafío es incorporar a las personas mayores y económicamente activas en la agenda de los Estados.
“Las Naciones Unidas lo señalan como un problema mundial que genera discriminación y estereotipos. Hay que romper con esa barrera. Dejar de hablar de abuelos, no todas las personas lo son”, dice terminante.
“En 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. En ese momento, este grupo de población habrá subido de 1000 millones en 2020 a 1400 millones, por eso el desafío de insertar a las personas económicamente activas es para todas las sociedades y los Estados”, señala. E invita a reformular paradigmas para encontrar nuevas y mejores herramientas para envejecer saludable y activamente en un mundo cada vez más complejo. “Para que eso suceda hay que interpelar a las nuevas generaciones a tomar esa bandera, de manera creativa e innovadora. Reconozcamos el envejecimiento como un momento de vida continuo y sumemos a la agenda de políticas públicas estas cuestiones”, convoca.