#PorLasLibrerías. El libro de arena, veinte años en la difusión de la literatura infantil
El local, ubicado en Villa Crespo, ofrece un catálogo amplio y variado. Hoy, a las 18,30 la escritora Laura Devetach presentará el libro Poesía a la carta
Judith Wilhelm y Walter Binder llevan más de dos décadas en el terreno de la difusión de la literatura infantil. Antes de abrir una librería sobre la calle Araoz al 500, en Villa Crespo, que es el sueño de todo aquel enamorado de los buenos libros ilustrados para chicos, y antes de fundar Calibroscopio, sello independiente especializado en el género, la pareja armó el proyecto El libro de arena. En 1997, comenzaron a llevar libros a escuelas bajo el formato de feria itinerante. Apadrinados por Sudamericana, en la época de Canela al frente del sector infantil y juvenil, Judith y Walter visitaban escuelas de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires para promocionar y vender títulos de LIJ. “Era otro momento en el campo de la LIJ y la circulación de los libros infantiles. No había muchos libros para chicos de buena calidad en las librerías como pasa hoy. La gente valoraba la selección, que se fue enriqueciendo con la llegada de nuevas editoriales”, dice Wilhelm. Al tiempo sumaron títulos editados por Colihue, Atlántida y Albatros.
En 1998 participaron de la Feria del Libro Infantil que, por entonces se hacía en el ex Centro Municipal de Exposiciones. “Llevábamos lo mejor de lo que circulaba en la país como, por ejemplo, los libros del Fondo de Cultura Económica. Una selección de lo bueno y lo diferente”, agrega Judith. La librera muestra con una sonrisa de complicidad un dibujo original de Isol, de ese año, que tiene enmarcado en una de las paredes del local. “Todavía no la conocía nadie”, dice con orgullo, ya que ellos fueron de los primeros en publicar un libro de la autora e ilustradora argentina que en 2013 ganó el premio sueco Astrid Lindgren.
El stand de El libro de arena en la feria infantil fue creciendo y ampliando la oferta. Al tiempo pusieron un stand en la sede del Posgrado de Literatura Infantil de la escuela de capacitación docente del gobierno porteño. “Fueron muchos años de trabajar en la difusión de libros para chicos”, agrega Wilheim.
Breve historia de la librería
Para responder la demanda de docentes y padres que les preguntaban dónde podían encontrarlos cuando no había ferias, en 2009 Judith y Walter decidieron abrir un local a la vuelta del depósito en Villa Crespo. La librería siguió con el nombre del proyecto original: El libro de arena.
“Al principio, hacíamos lo que podíamos. Los sábados, por ejemplo, no abríamos el local porque no teníamos quién lo hiciera”, confiesa Wilhelm. Con el tiempo, el equipo se amplió y sumaron especialistas en el género. Ya trabajaban con la mayoría de las editoriales nacionales y comenzaron a traer joyas de catálogos extranjeros, como del sello venezolano Ekaré, hoy con sede en España.
En forma paralela habían empezado a editar algunos libros con un sello propio: Calibroscopio. Los primeros que publicaron estaban dirigidos a los más chiquitos: notaron que no había buenos libros ilustrados y diseñados para los que todavía usan chupete y pañales. “Sólo circulaban los libros de personajes de licencia de Disney o Fisher Price, por ejemplo. Faltaban de autores nacionales con ilustraciones que no fueran obvias y estereotipadas”, explica la editora. A esos libros-objeto para bebes le siguieron dos libros álbum: La decisión de Teodoro, de Irene Singer, y Uno y otro, el primer álbum de María Wernicke como autora integral.
Perfil del cliente
En El libro de arena se consiguen todos los títulos de Calibroscopio y lo mejor de los sellos locales y extranjeros. Los visitan, por un lado, los amantes del libro ilustrado en general. Además, muchos interesados que buscan asesoramiento. “Combinamos calidad con diversidad. Por eso la oferta es muy amplia”, cuenta Marcelo, uno de los libreros.
Todos los días van padres o madres con sus hijos en busca de algún título en particular. Para los indecisos hay una mesa baja con silla a tono: allí se pueden sentar los chicos para disfrutar de los libros. Concurren también docentes que pasan tardes enteras en el local revisando los estantes y tomando notas. Los suelen visitar autores. Hace unos años recibieron una visita ilustre: la princesa japonesa Akiko, fanática de los libros ilustrados.
Libros que recomiendan de las novedades más recientes
Entre las novedades incorporadas al fondo de la librería, Wilhelm destaca Mi gato, el más bestia del mundo, de Gilles Bachelet: “Juega con el absurdo con mucho humor”; ¡No!, de Marta Altés, sobre un perro que se incorpora a una familia como mascota; y Cuentos de osos, de Gustavo Roldán hijo, protagonizado por un oso que es hijo de un escritor.
Las perlitas del catálogo
Además de los libros recomendados, entre las joyas de la librería se encuentra Matador, con texto de Wander Piroli e ilustraciones de Odilon Moraes: un bello libro sobre la crueldad infantil con un giro inesperado al final. También, Algo raro en casa del abuelo, de David Legge.
Por mi parte, como autora de la sección del canal web Ideas ¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche?, sumo Había una vez, de María Teresa Andruetto, publicado por Calibroscopio en 2012, cuando la autora ganó el premio Hans Christian Andersen. También, Un hueco, de Yael Frankel, y Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto), único policial para chicos de Rodolfo Walsh.
Actividades culturales
En El libro de arena se realizan charlas con autores, presentaciones y talleres. Hoy a las 18,30, Laura Devetach presentará Poesía a la carta, un libro juego creado por Tinkuy con poemas inéditos de su autoría. Además, todos los años, a mediados de diciembre, organizan jornadas de actividades especiales y promociones para los clientes y vecinos. Sacan los libros a la vereda y hay espectáculos musicales.
Diagnóstico del sector
La opinión de Wilhelm: “No cabe dudas de que estamos en un momento de efervescencia en el sector. Y esto es muy bueno y peligroso a la vez porque la gran producción genera una avalancha de libros y novedades mensuales muy difícil de manejar para el librero y el lector/ mediador. Es difícil enterarse, conocer, distinguir lo genuinamente novedoso y lo que bajo el título de novedad, esconde una producción que sigue una moda o tendencia y termina copiando o pareciéndose demasiado a sus modelos. Entonces, vemos una multiplicación de proyectos idénticos y de dudosa calidad que terminan con mejor o peor suerte según la posibilidad de circulación comercial que encuentren.
Pero, también, claro, entre esos demasiados libros hay grandes oportunidades: libros maravillosos que vuelven al ruedo, autores nuevos, editores que encuentran un espacio propicio para la experimentación y la novedad (en el sentido pleno del término). De eso hay mucho, por suerte. El gran desafío tanto para el librero como el editor (ambos comparten un aspecto de curaduría, de delinear un recorte, un catálogo) es poder verlo y potenciarlo con su trabajo.
Respecto a las ventas, aunque estamos en un momento de retracción en librerías y se nota una preocupación por el bolsillo a la hora de definir la compra, el libro infantil e ilustrado en general ha ido creciendo como opción para regalar a los chicos en fiestas y días especiales. En ese sentido, hay un consenso social sobre el valor del libro y la lectura en los chicos que ya no es privativa de sectores o familias tradicionalmente lectoras. Muchos adultos se acercan a la librería en el día del niño o Navidad contando que han decidido cambiar, por primera vez, el juguete por un libro”.
Y lo bueno: vuelven.
Dirección: Aráoz 594
Horario: lunes a viernes de 10 a 19.30; sábados, de 10 a 14.