#PorLasLibrerías. Colastiné: una apuesta a los buenos libros con sabor nacional
En el corazón de Belgrano, el espacio ofrece una variada selección de géneros en la que abundan la narrativa y la poesía
Breve historia de la librería
Salvador Biedma y Alejandro Larre son amigos desde hace más de veinte años y desde entonces comparten el amor por la literatura y los libros. Se conocieron en el taller literario de Andrés Allegroni cuando todavía estaban en la escuela secundaria. En 2001, los dos fundaron la revista literaria La Mala Palabra y, en 2005, la célebre Mil Mamuts. Biedma fue editor de Galerna durante un tiempo y, en 2014, cuando ya había dejado esa editorial, en un encuentro con Larre decidió encarar un nuevo proyecto. Primero se les cruzó la idea de fundar un sello propio pero, en noviembre de 2015, abrieron juntos la librería en un local de la calle Mendoza casi esquina Aménabar.
“Fue Alejandro quien propuso la idea de una librería –cuenta Biedma, narrador y poeta, además de librero-. En cuanto al nombre, a los dos nos gusta mucho Juan José Saer. Y nos gusta, además, que sea el nombre de una tribu aborigen (de la que, por cierto, no se sabe mucho) y de un barrio o localidad en Santa Fe.” Con frecuencia, se acercan personas a preguntarles si ellos son de allí o les cuentan que solían pasar por el lugar o que conocieron a Saer. “Incluso han venido especialmente algunas personas que viven en Colastiné o cerca a visitarnos”, dicen. En Colastiné (la localidad de Santa Fe fundada junto al río del mismo nombre), Saer ambientó gran parte de su ciclo de novelas.
Características de la librería y de los clientes
“Muchas veces nos dicen que tenemos libros raros o difíciles de conseguir –dice Biedma-. No creo que sea muy cierto. Tratamos de tener algunas cosas que tal vez no se encuentren en todos lados, pero quizás haya algo que dé esa idea en la distribución espacial, en el modo de exhibir, en lo que elegimos mostrar.” Colastiné ocupa un local pequeño, donde suelen convivir en las mesas o en la vidriera libros de una empresa multinacional y de un sello que crea una persona sola en los ratos libres que le deja otro trabajo.
“Tenemos todo tipo de clientes, personas del barrio o personas de paso y clientes con los que se establece un vínculo más personal, que confían en lo que recomendamos o que saben que, si no tenemos un libro, nos preocupamos por conseguírselo, o que eligen la librería por más que no les quede cómodo llegar”, agrega Biedma. Hay personas (en particular escritores y en particular poetas) que ni siquiera viven en Buenos Aires, pero que viajan con cierta frecuencia y en cada viaje incluyen una visita a Colastiné. El trato allí es muy personal. Los clientes que la visitan por primera vez se sorprenden porque enseguida, si los libreros están cebando mate o tomando un café, les ofrecen uno.
“Algo muy lindo que pasa en una librería como la nuestra es que la relación con cada cliente nace y se afianza ciento por ciento sobre la base de la pasión por los libros –dice Larre-. Es una comunicación muy abierta y honesta. El vínculo crece lentamente, de manera casi artesanal, con recomendaciones y comentarios que van de un lado al otro del mostrador.”
Relación con las editoriales
En Colastiné hay variedad, tanto en narrativa como en libros para chicos, en poesía y en ciencias sociales. “El gremio del libro es chico y uno tiene muchos amigos o personas cercanas en buena parte de las empresas, sean grandes, medianas o chicas –acota Biedma, que también traduce para editoriales-. Desde nuestra perspectiva, está claro que somos parte de una cadena muy larga en la que lo ideal es tirar todos para el mismo lado, ser socios: las editoriales, las distribuidoras, los autores, los clientes y un montón de personas más que intervienen en ese camino.” Con algunas editoriales y con algunas personas, surge mayor afinidad. A veces, cuando llega un proveedor o un corredor, los libreros sienten que cayó un amigo de visita.
Colastiné tiene los catálogos de una amplia gama de sellos de las provincias: Caballo Negro o Alción, de Córdoba; Süd Pol, de Tierra del Fuego; Mulita, de Chaco, y Tres Tercios, de Jujuy.
Libros destacados, los más vendidos y los favoritos
No es una librería especializada en un rubro en particular, pero abundan los títulos de narrativa y poesía. “Seguramente esto tenga que ver con que, como lectores, es lo que más nos interesa”, dicen a coro. Y en una librería chica, lo que leen los libreros influye mucho en las ventas. A los clientes les resuena la pasión con la que cada uno habla de los libros que disfrutó. “Eso puede convencerlos más que cualquier otro dato o información”, sugieren.
“Las recomendaciones suelen surgir en un ida y vuelta con la otra persona, según lo que ha leído o le puede interesar –puntualiza Biedma-. Algunos libros han resultado ser casi infalibles. Si alguien busca poesía, Tabaco mariposa, de la cordobesa Elena Anníbali, tal vez sea el libro que más he recomendado. A la vez, desde luego, uno se maneja con cuidado e intenta no ser invasivo, sólo recomendar a quien está buscando recomendación o, llegado el caso, a alguien que tiene un interés puntual y quizá no está al tanto de que acaba de salir determinado libro.”
Entre los más recomendados por Larre durante 2017, sobresalen Tres luces, de Claire Keegan, Intimidad, de Hanif Kureishi, El idioma materno, de Fabio Morábito, y Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek.
Diagnóstico del sector
Dice Biedma: “El país está viviendo, sin duda, una gravísima crisis que afecta a casi todos los rubros. En este sentido, no hay algo específico para el libro. Para ser muy sintéticos, se sufre una caída importante de las ventas mientras aumentan sideralmente, sin sentido, todas las tarifas.” Más allá de que la crisis que se vive (y que se nota en la disminución de la cantidad de novedades, de proyectos frenados y demás), hay editoriales que empezaron hace pocos años y se han instalado con propuestas interesantes. “Todo el tiempo surgen pequeños sellos nuevos, con más o menos estabilidad, más o menos cuidado en la edición, más o menos claridad en las propuestas”, concluyen Larre y Biedma.
Actividades en la librería y formas nuevas de llegar a los lectores
Como la librería es chica, Biedma y Larre optan por depositar la energía en que funcione bien como tal y, por ahora, no sumaron otras actividades. “De vez en cuando surge algo más de entrecasa y está buenísimo”, cuentan. Colastiné no vende libros por Internet, pero tienen una activa cuenta en Facebook (Colastiné Libros). Por esa vía, muchos lectores les piden información sobre títulos o reservan ejemplares.
Mendoza 2620 (y Amenábar, a tres cuadras de Cabildo y Juramento)
4784 1606
De lunes a viernes de 10 a 13.30 y de 14 a 20, sábados de 10 a 14