#PorLasLibrerías. Arcadia, o donde la cultura del libro impreso resiste
Considerada como una de las librerías más refinadas de Buenos Aires, sus best sellers no suelen coincidir con los de las librerías comerciales. En sus estantes se pueden hallar tanto libros de editoriales independientes nacionales como materiales importados, colecciones de ciencias sociales, filosofía, arte y teoría de la imagen
Breve historia de la librería. “Hace nueve años tenía dos opciones –cuenta Pablo Pazos, de profesión librero-. O bien seguía trabajando para alguien, en una época que estaba dominada por las cadenas de librerías, o bien me arriesgaba a abrir mi propia librería. Se sumó la audacia de Jorge Waldhuter, gran amigo y apasionado de la profesión, y así pudimos abrir Arcadia.” Hoy, Arcadia está considerada una de las librerías más refinadas de Buenos Aires, lo que no es poco decir en una ciudad poblada de librerías. Libros de editoriales independientes de todo el país conviven con materiales importados, colecciones de ciencias sociales, filosofía, arte y teoría de la imagen.
“Empecé en el oficio de librero hace más de treinta años. Pasé por librerías míticas (entre ellas Fausto, donde aprendí el oficio) y tuve la suerte y la oportunidad de armar e inaugurar dos librerías que marcaron el modelo de librerías locales, cuyo emblema fue la librería de Fondo de Cultura Económica en la avenida Santa Fe, un proyecto de Alejandro Katz”, evoca el librero en el local de Arcadia.
¿Qué hay en un nombre? “Está basado en el pueblo que en la Grecia clásica logró resistir a la hegemonía de los espartanos y que se convirtió en un refugio de la cultura clásica”, detalla Pazos. Esa resistencia de la cultura del libro impreso se expresa con elegancia en Arcadia, donde pareciera que no hay lugar para los libros innecesarios. Los best sellers de Arcadia no suelen coincidir con los de las librerías comerciales. En los estantes, los libros firmados por personajes de la farándula no existen. Los reemplazan títulos de Felisberto Hernández y Walter Benjamin, de las poetas María Negroni y Mercedes Roffé y ensayos publicados por Caja Negra, Akal y Eterna Cadencia. “Manejo bastante material importado, pero a la vez le doy mucha importancia de las ediciones de editoriales independientes (tanto nacionales como del exterior). La librería se ha transformado en uno de los pocos lugares de la ciudad de Buenos Aires que se encuentran representadas editoriales de todo el país”, asegura.
Arcadia también se refiere al lugar bucólico e ideal por excelencia del Renacimiento. Debido a la ubicación de la librería, en Marcelo T. de Alvear 1548, no sería precisamente el caso.
El concepto. “Hace tiempo definieron a Arcadia como ‘librería de autor’ –dice Pazos-. Está marcada por mi impronta en la elección de qué autores y libros no pueden faltar, el hecho de estar atento a los clásicos ocultos y a las nuevas voces, el manejo de catálogo y la selección entre toda la oferta editorial de aquello que, por diversas razones, considero indispensable.” Pazos elige las editoriales con las que trabaja. “Privilegio tanto la narrativa como el ensayo (aunque el tiempo me ha llevado a especializarme en poesía, filosofía y estética), pero eso no significa ir en detrimento de otros géneros. Lo que más me enorgullece es que me aprecian por mis recomendaciones de lecturas”, cuenta. Agrega que varios clientes han armado secciones de su biblioteca con los libros que él les ha sugerido. “Creo que me especializo en ayudar a armar a cada lector su plan de lectura de acuerdo a sus intereses”, conjetura.
Recuerdos de un librero. En tantos años de profesión, Pazos conoció a muchos escritores y en algunos casos se hizo amigo de ellos. “Tuve el privilegio de hablar sobre sus libros, pasados y futuros, y aprender de sus lecturas –dice a LA NACION-. Ha sucedido que muchos escritores surgidos en los últimos años habían pasado por la librería cuando aún no tenían obra publicada, y hoy me emociona ver sus libros en grandes editoriales.”
Al ser Arcadia una librería manejada con un personal mínimo, ya que es un local pequeño, se hace imposible organizar actividades, aunque ante la insistencia de muchos escritores y editores amigos es probable que para celebrar los diez años de Arcadia se organice un festejo. Eso ocurrirá en 2018.
Los más vendidos. Algunos de los títulos más vendidos (y para todos los bolsillos) fue la indispensable reedición de Once tipos de soledad, de Richard Yates (Fiordo), con traducción de Esther Cross; Malos nuevos tiempos, el libro de Hal Foster (editado por Akal); El tiempo de la convalecencia, de Alberto Giordano (publicado por la editorial rosarina Iván Rosado) y Pequeños tratados, de Pascal Quignard en la hermosa edición de Sexto Piso.
Un diagnóstico sobre el ecosistema del libro. “Lamentablemente, creo que el sector enfrenta uno de los períodos más difíciles dentro de los treinta años que llevo en la profesión –indica Pazos-. Creo que sólo se emparienta con la época de la hiperinflación a fines del gobierno de Alfonsín, con caída de ventas debido a la recesión, aumento desmesurado de los costos (sobre todo de los impuestos) y aumento constante del costo de los libros. Las editoriales manejan un índice inflacionario propio y el año pasado se registraron aumentos de alrededor de un 35 al 40%. Muchas librerías han cerrado o están al límite (entre ellas, algunas librerías históricas). Pero después de tantos años, seguiremos resistiendo.”
Dirección: Marcelo T. de Alvear 1548 (tel.: 5258-8801)
Abierta de lunes a viernes de 10 a 20; sábados de 11 a 17.
Mail: arcadialibros@fibertel.com.ar. En Facebook: Arcadia Libros