Por qué necesitamos un plan
Este plan no es solo económico, sino que es un plan estratégico global, que incluye también lo político y social. Es decir, necesitamos tener pensado lo que vamos a ejecutar, para que al ir realizándolo se pueda apreciar lo que estamos haciendo y como se van cumpliendo las metas que nos propusimos. Es un plan para el país pero también para dentro del gobierno, para que cada uno sepa bien que es lo que debe hacer y lo vaya haciendo. Se habló desde el gobierno de "las 60 medidas" pero después se anunciaron diversas medidas y nunca se concretó la divulgación del plan estratégico.
En materia económica se deben tener bien en claro cuáles son las variables macroeconómicas que vamos a tener que ir viviendo, para que no nos sorprenda una reacción económica de los precios o del tipo de cambio que no se había previsto. O de otras variables que afectan a todas las personas simultáneamente. En ese sentido, también hay que calcular el efecto monetario de los gastos públicos, los que sumados tanto de la nación, como de las provincias y de los municipios, es decir el gasto público consolidado, libre de duplicaciones, no sea una variable que no pueda sustentarse. Este es un tema fundamental, que se ha descuidado, pues no se tiene en claro los límites de dicho gasto público.
Para el 2020 el gasto público consolidado sustentable se ubica en aproximadamente US$ 100.000 millones y ese gasto estuvo por debajo del nivel sustentable en varios años después de la gestión de Eduardo Duhalde y con la de Néstor Kirchner, período en el que hubo superávit fiscal. El gasto público consolidado sustentable era de alrededor de US$ 50.000 millones para 2002 y luego se ubicó debajo de ese nivel. Recordemos que la soja valía más de 530 US$/ton y ese dinero se fue gastando. Con Cristina Kirchner creció el gasto público efectivo consolidado hasta cerca de los US$ 300.000 millones en 2015 y también en el 2017 con Mauricio Macri. Ahora está declinando hasta US$ 175.000 millones, pero su límite superior está en los US$ 100.000 millones, como hemos dicho, es decir esta fuera de lo posible si consideramos todos los gastos consolidados de nación, provincias y municipios. Si adoptamos la cotización del dólar "contado con liquidación", recién allí el gasto público consolidado es compatible con el gasto efectivo expresado en esa moneda.
Con Cristina Kirchner creció el gasto público efectivo consolidado hasta cerca de los US$ 300.000 millones en 2015 y también en el 2017 con Mauricio Macri
Si este gasto está desviado, entonces también estará desviado el tipo de cambio y muchas otras variables de la macroeconomía, como la tasa de interés y la emisión monetaria. No es que vamos a empezar con el gasto público, pero sí como será compatible eso con otras variables de la economía y de la política y de las cuestiones sociales, por ejemplo el desempleo y la pobreza. Es como que deseáramos hacer un edificio de departamentos y la municipalidad nos pidiera los planos y después de revisarlos los aprobara y dijera al arquitecto o ingeniero que pude hacer el edificio, que estará previsto en esos planos. Es también como una hoja de ruta, por ejemplo para ir de Buenos Aires a Rosario. En la misma se verá los distintos puentes y caminos por lo que voy a tomar y los iré registrando a medida que van pasando. Por eso es que el Fondo Monetario Internacional pidió esa guía, esa hoja de ruta, para delinear el camino que tengo que hacer.
Es fundamental para un año político como es 2021, año con elecciones, que esté bien la parte económica y social, al menos mejorando y que se vea que voy alcanzando las metas que nos habíamos previsto para ese año. Esperemos que así sea y que se puedan ir logrando los distintos puntos del camino económico, político y social del futuro, para no tener sorpresas en algunos momentos.