Por qué en las PASO podría haber más de un ganador
¿Qué dicen los últimos sondeos de opinión pública?; las condiciones que tendrían que darse el 12 de septiembre para que tanto el oficialismo como la oposición festejen el resultado electoral
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A casi una semana de las PASO, pocas veces las encuestas de intención de voto han provocado tanta incertidumbre sobre un resultado electoral que, al menos en la provincia de Buenos Aires, la vedette de las próximas elecciones nacionales legislativas, parece impredecible. Prácticamente hay tantos sondeos de opinión pública que le asignan la victoria al Frente de Todos, cuya lista es encabezada por Victoria Tolosa Paz, como aquellos que pronostican un éxito de Juntos por el Cambio, sumando los potenciales votos de la nómina liderada por Diego Santilli y de la que lleva a Facundo Manes, al tiempo que no pocas encuestadoras prefieren hablar de un empate técnico.
Así las cosas, nadie puede descartar que en la noche del domingo 12 de septiembre haya más de una fuerza política festejando el resultado de los comicios. Al margen de que, concluido el escrutinio, se terminará la tensión propia de la angustia derivada de la incertidumbre, hay motivos para imaginar que, ante un determinado score final, tanto ganadores como perdedores podrían considerarse satisfechos y con positivas expectativas frente a las elecciones generales del 14 de noviembre.
¿Qué situación debería darse en las PASO para que las dos principales coaliciones políticas festejen casi por igual?
Un triunfo por escasa ventaja para el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires podría ser considerado un retroceso respecto de las elecciones de 2019, cuando Axel Kicillof accedió a la gobernación bonaerense con una diferencia de algo más de 12 puntos sobre María Eugenia Vidal. Sin embargo, hoy en el oficialismo una mínima ventaja tendría un sabor épico, por cuanto sería leído como una victoria frente a la pandemia de coronavirus y sus consecuencias, frente al deterioro de la economía y del poder adquisitivo de la población, y frente a los errores no forzados del presidente Alberto Fernández, quien ha visto caer dramáticamente sus índices de imagen positiva y de valorización de su gestión por parte de la opinión pública en los últimos meses.
Del mismo modo, para la principal fuerza opositora, Juntos por el Cambio, una derrota en el distrito bonaerense por escaso margen –una diferencia de hasta cinco puntos, por ejemplo– no solo implicaría un recorte de la diferencia con que Kicillof les ganó dos años atrás. Constituiría, además, un alentador debut en territorio provincial para figuras como Santilli y Manes.
Adicionalmente, las terceras fuerzas, como la de los libertarios, con José Luis Espert y Javier Milei a la cabeza, en Buenos Aires y en la Capital, respectivamente, y la que encabeza Florencio Randazzo en la provincia, también podrían festejar, a juzgar por las encuestas, que los ubican bastante por encima del piso del 1,5% de los votos válidos necesario para clasificarse para las elecciones generales.
Una magra ventaja del Frente de Todos frente a Juntos por el Cambio en el mayor distrito del país en las PASO alentaría, además, la esperanza de la oposición de revertir esa diferencia negativa en las elecciones generales, capitalizando el voto a favor de quienes queden fuera de la competencia final y captando los beneficios de una hipotética polarización en las elecciones de noviembre.
Pero la esperanza en el oficialismo no sería mucho menor, porque la coalición gobernante podría sacar partido del manejo de la administración pública nacional y provincial, estando especialmente atenta a aquellos municipios y zonas donde se podrían obtener mejores resultados electorales mediante la simple tarea de acercar más recursos y obras públicas. Con el control del aparato estatal, el kirchnerismo estaría en condiciones de llevar la ayuda económica necesaria, merced al manejo de una gigantesca caja, que le permita consolidar y ampliar su triunfo.
En cualquier caso, habrá un derroche de gasto público para disciplinar votantes por parte del oficialismo. El peso del aparato estatal no dejará de ser, entonces, determinante.
Algunas de las últimas encuestas reflejan el estado de incertidumbre electoral. La consultora Clivajes encuestó a 1027 mayores de 16 años en la provincia de Buenos Aires entre el 23 y el 31 de agosto a través de una plataforma online. Los resultados, con un error de muestreo del 3,06%, le asignaron el primer puesto a la lista del Frente de Todos, que encabezan Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán, con el 39,1% de los votos; en segundo lugar, se ubicaría Juntos por el Cambio, con el 34,1%, producto de la suma del 27,6% que obtendría la nómina de Santilli y del 6,5% que cosecharía la lista de Manes. Luego se posicionarían Vamos con Vos, la lista de Randazzo, con el 5,8%; Avanza Libertad, de Espert, con el 4,5%, y el Frente de Izquierda, de Nicolás del Caño, con el 2,9%. El nivel de quienes no saben o no contestan llega al 8,6%.
Contrariamente, la consultora Jorge Giacobbe & Asociados, le asigna en su último sondeo bonaerense, realizado entre el 27 y el 29 de agosto, una ventaja de 5,6 puntos a Juntos por el Cambio sobre el Frente de Todos, sin proyectar indecisos, y de solo 2,5 puntos si se proyecta el voto de los indecisos. Según su encuesta, realizada a través de dispositivos móviles entre 2500 ciudadanos del mayor distrito del país, con un margen de error del 2%, la principal fuerza opositora obtiene una adhesión del 33,4% (Santilli supera por 17 puntos a Manes), contra el 27,8% que logra la lista de Victoria Tolosa Paz. En este relevamiento, figura tercero el partido de Espert, con el 9,7% de intención de voto, seguido por la fuerza de Randazzo, con el 4,3%. Quienes no saben o no contestan alcanzan el 17%.
Cuando se proyecta el voto de los indecisos, la diferencia a favor de Juntos por el Cambio pasa a ser de 35,3% contra el 32,8%.
Las cifras de Giacobbe varían levemente cuando, en lugar de preguntarse por cuál espacio se votará, se consulta acerca del candidato al que se votaría. En este último caso, Tolosa Paz obtiene el 27,1% de las adhesiones; Santilli, el 25,4%; Manes, el 8,2% (Juntos por el Cambio sumaría así el 33,6%); Espert, el 8,3%; Randazzo, el 3,4%, y Del Caño, el 2,1%, al igual que Juan José Gómez Centurión. El porcentaje de indecisos, en este caso, baja al 15,3%. Y si se proyecta su voto, la suma de Santilli y Manes pasa a ser del 37,3% contra el 31,2% de Tolosa Paz.
La disparidad en las mediciones está a la vista y puede explicarse por las crecientes dificultades para llevar a cabo encuestas, no solo por la pandemia, sino porque desde hace algunos años ha crecido en la ciudadanía la tendencia a no responder a las encuestas. A esto se añade otra tendencia, vinculada con la caída en el nivel de participación electoral que se ha venido manifestando en las más recientes elecciones provinciales, como las de Misiones, Jujuy, Salta y Corrientes. Todo contribuye así a convertir a las próximas PASO, especialmente en la gigantesca provincia de Buenos Aires, en un gran misterio.