"Pisabrotes"
El término se hizo viral en tiempos de Mauricio Macri. En su primer año de gobierno, en medio de la incertidumbre que había dejado Cristina, el entonces presidente prometía que la reactivación empezaría en “el segundo semestre”. Era 2016, y desde varios despachos se anticipaba que ya se veían “brotes verdes”, como sinónimo de crecimiento incipiente. Aquel que dudara era calificado de “pisabrotes”. El crecimiento arrancó en 2017. Pero no duró mucho: en 2018 empezó la decadencia.
A poco de empezar su mandato, Javier Milei prometía que para abril de este año la economía estaría creciendo “como pedo de buzo” (disculpen la literalidad) y en junio levantaría el cepo al dólar. El pronóstico fue pasando de mes en mes, y ahora la esperanza es que la actividad haya tocado su piso en marzo/abril para empezar a remontar. En eso coinciden Milei y su ministro Luis Caputo con la mayoría de los analistas. Pero no en el sendero que tomará el proceso: mientras el Gobierno insiste con el despegue en V corta, los economistas del sector privado, por el contrario, niegan esa posibilidad y en todo caso dudan de cuál será el desempeño real. Los datos duros del Indec parecen coincidir más con este análisis. Son técnicos prestigiosos, no “pisabrotes”.