Pero... ¿esto cuándo fue?
Las malas noticias siguen llegando: después de usted continuó naciendo gente y, aunque no lo crea, hay hechos recientes que esos recién llegados no pudieron ver
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Llegó el momento de desesperar: el tiempo está transcurriendo mucho más rápido que antes y nadie parece darse cuenta. No es una percepción personal, no, para nada. El choque de trenes de la línea San Martín, la separación de Emilia Attias y “El Turco” Naim y el viaje de Javier Milei a España parecen hechos que ocurrieron hace mucho y sin embargo todos sucedieron en mayo. Peor aún: seguramente la mayoría ya se había olvidado de cada uno de estos momentos porque otros vinieron detrás, velozmente, para dejarlos tapados en el pasado. ¿Alguien recuerda el partido que Boca le ganó a River en Córdoba y el famoso debate sobre si la pelota entró o no? Fue hace un mes clavado y, pese a todo, parece que ocurrió a principios de año.
Hay algo cierto también: un día en la Argentina equivale a dos meses en Estados Unidos, cuatro años en Alemania y un siglo en Dinamarca. Lo que en la Argentina es, a las siete de la mañana, un escándalo absoluto, a las cuatro de la tarde es una anécdota que alguien te cuenta al pasar como si hubiera sucedido hace diez años.
Acá no se busca asustar a nadie, pero lo que sucedió hace ya dos semanas (sí, dos semanas) pasó desapercibido pero refleja a la perfección este fenómeno. En el partido entre Newell’s y Riestra por Copa Argentina debutó un chico de 14 años. Hasta ahí, todo perfecto, hasta que uno repara en algo: ese chico nació en 2010. Y ahí se dispara el problema: el chico en cuestión no vio -o por lo menos no debe recordar- a Mauricio Macri como presidente. Ni hablar de Néstor o Cristina Kirchner. No, ni eso. El jugador tenía cinco años cuando Macri asumió. Párrafo aparte para ese hecho histórico: el año que viene se cumple una década de la asunción de Macri (sí, pasaron diez años y nadie sabe cuándo ni cómo). Todo eso quedó tan pero tan lejano como si hoy alguien viniera a recordar a Nicolás Avellaneda o a Marcelo Torcuato de Alvear.
Tampoco hay que quedarse con que los hitos más importantes son los que figuran en la agenda política. Ni ese jugador de 14 años ni nadie de su camada de 2010 vieron otros hechos que quedaron en el inconsciente popular, como la irrupción de Ricardo Fort en la TV, la nevada sobre Buenos Aires, el descenso de River, el escándalo de la palta, con La China Suárez, Vicuña y Pampita o el regreso de Soda Stereo (aunque para ser justos no pueden haber visto el regreso de algo que ya no vieron en su primera vuelta).
¿Cómo se le explica a esta nueva generación que aquellos jugadores que usted vio jugar durante años todos los domingos ahora son DTs -algunos de poca jerarquía y nulos títulos- pero que supieron ser grandes enemigos de las redes? ¿Cómo se cuenta, sin parecer loco, que Martín Palermo le hizo dos goles al mejor Real Madrid de todos los tiempos? Sí, el mismo Palermo que en el último tiempo dirigió a Aldosivi y a Platense.
Dicho de otra forma, y ahora sí con ánimo de asustar: si usted no podía creer que hay gente que nació en el año 2000, tiene que saber que luego los seres humanos siguieron viniendo al mundo. Entonces los del 2000 ya parecen todos jubilados del PAMI y provocan la siguiente pregunta: si ellos ya están llegando a los 30… ¿usted cuántos años tiene?
Pero bueno, a no desesperar (si usted está llorando sobre estas líneas, cuánto lo sentimos). Quizás podemos mentirle y decir que el tiempo no pasa rápido y que es todo una cuestión de falta de atención generalizada. Porque si uno preguntara qué tres hechos que ocurrieron en mayo se nombraron al principio de esta columna, usted no podría repetirlos y debería volver a leer más arriba para repetirlos. ¿Ve que también hay un tema de atención?