Peralta Ramos. El pensador de La Biela
Referentes de distintas disciplinas encuentran inspiración en frases de este defensor de la desmaterialización del arte, protagonista de una muestra
Criatura anómala del patriciado porteño, Federico Manuel Peralta Ramos (1939-1992) fue uno de los más conspicuos ejecutores de la desmaterialización del arte y, al mismo tiempo, un intruso de la vanguardia en los medios masivos. Para quienes no lo vieron en acción en sus performances (nadie lo pensó así entonces) en boîtes, bares y discotecas de Buenos Aires, quedan las fotos y los videos de YouTube de su paso por el cabaret político de Tato Bores. Federico Manuel era una aparición extraña en un show que acaparaba el rating del domingo a la noche y una consecuencia de la diáspora de la Manzana Loca en los años 70 y 80. Se lo veía entonces como un gigante gentil, un hombre de traje atrapado en la alucinación desbordada de un cuento para niños.
Mostrar la obra de Peralta Ramos es siempre un contrasentido. ¿Cómo se llevan al espacio sus caminatas y conversaciones, sus absurdas canciones? En la galería Del Infinito, las paredes están ocupadas en estos días por sus poemas, frases y aforismos (algunos convertidos en grafitis en los años 80) sobre soportes que van desde la tela hasta la servilleta y que no están a la venta.
El centro de la sala lo ocupa un bar imaginario. Es una instalación melancólica. Las mesas y las sillas acaso esperan por el regreso de aquel tipo grandote cuya mirada extraviada fue captada por la cámara de Eduardo Grossman en una foto para la revista Humor. Pero lo que vuelve, siempre, es el pensamiento: juegos de palabras con los que Peralta Ramos iba y venía de la filosofía al arte y que lo revelan tan contemporáneo.
A pedido de LA NACION, cinco referentes de distintas disciplinas leyeron cinco frases de Peralta Ramos y pensaron en voz alta su significado. A re-leerlo(s) entonces.
"Para no ser un recuerdo? hay que ser un re-loco" (s/f)
"Inquietud, rebeldía, imperfección. Todo saldo favorable a la sociedad anula cualquier esfuerzo renovador. Moraleja: no enriquezcas con tu experiencia, artista, ni al siervo manso ni al panzurro angurriento."
Alfredo Prior, pintor y escritor, 1952
"Tengo un algo adentro que se llama el coso" (1968)
"Tengo un algo adentro que se llama el coso. Se mueve y mientras lo hace, me arrastra. Yo no tengo poder sobre el coso, es autónomo. El coso podría ser un alien, un musgo o una masa poderosa en constante movimiento. Posee una sustancialidad que me domina. Para poder convivir con el coso y que el coso no me coma, tengo que tomar medidas: supe de varios casos en que los cosos han engullido a la persona, dejando tras de sí una mera baba. Por eso, me paro y con los brazos en alto y el pecho exaltado, declamo a viva voz:
¡Ojo con el coso!
¡A veces es riesgoso, hay que saber cuidarlo!
Es responsabilidad propia, es un compromiso con la vida.
Al coso se lo respeta y se lo alimenta. Y ojo con engordarlo, porque eso no siempre es alimentarlo."
Zoe Di Rienzo, artista, 1974
"Serás lo que te tocó ser y dejate de joder" (1977)
"Estamos frente a un optimismo ; ?Uno podría ser lo que debe ser'. Hay ?deber'? y hay ?ser' y hay posibilidad de obturar la queja paralizante en una fuga hacia la actividad, ?dejándose de joder'. Sabemos por otros textos de Peralta Ramos que para ?ser' no se habrá de ser niño o perro; primeras competencias desleales. ¿Para quién? Para el que depende de un combo de paciencia extendida y recepción sutil ligada a un afecto; el artistejo de a pie, con sus misiones incomprensibles para la ?gente ubicada', los sicarios de su propio ?vacío' estabilizados por mascotas en primer término. Pero el ?vacío' no existe ni en la China; esa gente se ?ubica' porque otra le señala, de distintas maneras, su lugar en la ?grilla'. Un antropoide sin aplicación búmeran es colonizado por otro, tarde o temprano. Evitar la colonización cefálica y dejar testimonio es el príncipe azul de la tarea. Los reflejos de la luna en el agua los ve cualquiera, traer piedras desde algo que no es más que un reflejo sin nave especial y sin permiso alguno del acomodador es la tarea del artistejo. Con permisos tramitados de antemano ya no hay ?arte'.
La negativa a tramitar permisos es lo que hace artista al artistejo. Cuando renunciamos a nuestra misión individual, ya está. Ya estamos para cualquier cosa, nos volvemos inimputables. Serás lo que debas ser, o sicario de un torvo poder."
Lux Lindner, artista, 1966
"El país a medida que fue perdiendo tela fue de Guido Di Tella a Minguito Tinguitella" (1981)
"La obra oral de Federico Peralta Ramos está basada casi completamente en juegos de palabras. Es decir, Federico tomaba las palabras en serio. En esta frase-obra-idea-concepto usa tres veces la cadena de fonemas ?tela' y con la reiteración genera diferencia. El primer uso que hace es metafórico (tela por dinero); la segunda vez que aparece es encomiástica (forma parte del apellido del gran mecenas de los años 60) y el tercer uso sugiere brutalmente la decadencia, a través de una crítica políticamente incorrecta, de las pasiones masivas (transforma al popular personaje televisivo Minguito Tinguitella -ícono, además, del hombre "bueno, pobre y tonto"- en el emblema de la degradación).
Entendió, como pocos, que sólo hay mundo en el lenguaje. Y que del choque de las significaciones surgen las galaxias poéticas, esas iluminaciones que nos permiten soportar el absurdo de haber nacido."
Daniel Molina, crítico y escritor, 1953
"Soy un pedazo de atmósfera" (1968)
"La gran pregunta fue, es y siempre será ?qué es esto que somos': una arruga en el traje del universo, una anomalía azarosa, un designio de la naturaleza. Mientras que para Shakespeare somos el material de que están hechos los sueños, hace ya décadas Carl Sagan nos fascinó al explicar que somos polvo de estrellas (y recientemente se comprobó que sí, que el 87% de nuestro cuerpo tiene material proveniente de ahí arriba).
Esto nos hace maravillosamente especiales pero, también, nos baja de un hondazo de los laureles que supimos construir como especie: somos sólo polvo cósmico, una organización particular de los elementos, un pedazo de atmósfera que, cual David Bowie, bajó a la Tierra para quedarse. Al menos por un tiempo, hasta que volemos de nuevo."
Diego Golombek, investigador CONICET y escritor, 1964