Pauta, ensobrados y discrecionalidad, tema por resolver
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, quiere ser el próximo titular del Partido Justicialista, pero sin adecuarse a las restricciones fiscales que parece demandar la sociedad: emitió cuasimoneda, defaulteó el pago de un bono que había implementado para financiar un parque eólico que terminó vendiendo y un tribunal de Nueva York le falló en contra hace unos días. Es la primera provincia que entra en cesación de pagos desde que los libertarios están en el poder.
Mientras que el presidente Javier Milei persiste en su obsesión por dominar la inflación, el mandatario riojano emite Chachos y pauta generosamente en periodistas y medios amigos porteños para darse a conocer a nivel nacional.
“La Rioja –puede leerse en Página 12– es la provincia menos desigual del país. Esto significa que la distribución justa de los recursos es una política de Estado en la gestión de Ricardo Quintela”. Otro título auspicioso del mismo periódico: “La Rioja es la provincia con más propietarios de viviendas del país”.
Estas y otras afirmaciones tan positivas sirven, de paso, como referencia y aval de la biografía del mandatario en Wikipedia, de profesión contador público, pero con cargos legislativos y ejecutivos desde 1983.
“Un salto al futuro de todos los riojanos y riojanas”, dice el aviso de media página que publica el matutino mencionado para promocionar la nueva Constitución provincial. El mismo registra un error muy típico entre los fans del lenguaje inclusivo que se cansan de sus ridículas reglas y por eso solo lo practican a medias. Ya que aman lo redundante, deberían poner: “Un salto al futuro de todos los riojanos y todas las riojanas”. Un detalle.
A la hora de gastar, no hay para Quintela default que valga. Muy generoso se mostró cuando lanzó los Chachos en billetes de mil a cincuenta mil, en paridad uno a uno con el peso. Sorprendió que periodistas que desarrollan sus actividades en CABA (Julia Mengolini, Diego Brancatelli y otros), a más de mil kilómetros de La Rioja, mostraran risueños en sus redes sociales ese bono de emergencia, con el que no podrían comprar ni un mísero caramelo en la ciudad de Buenos Aires. En La Rioja tampoco lo aceptan en todos los comercios.
“Lo que el negocio compra es el poder de influencia de un medio de comunicación. Nosotros somos un medio de comunicación distinto de eso”, aseveró Mengolini en su radio por internet, Futuröck, que asegura que “fundamentalmente” se sostiene con el aporte de su comunidad de oyentes.
A fines del año pasado, cuando todavía gobernaba Alberto Fernández, la agencia de noticias y de medios de comunicación El Disenso informaba que “$70.226.385 es el monto de pauta oficial otorgado a Futuröck Producciones SRL de la periodista Julia Mengolini desde provincia de Buenos Aires y Nación”. El mismo medio puntualiza ahora que Roberto Navarro, el referente máximo de El Destape, en agosto último, “cobró 908 millones de pauta oficial de [Axel] Kicillof”.
No hay duda de que el presidente Javier Milei aplica un torniquete severo a las provincias (en su show mediático, de mustio rating, el domingo pasado dijo que tendrían que recortar $60.000 millones, cifra que luego sus colaboradores inmediatos matizaron). Pero así y todo hay gobernadores que siguen tirando manteca al techo con tal de promocionarse y que hablen bien de ellos.
El canal de streaming Norita, que lidera Rosario Lufrano, por ejemplo, se tomó la molestia de trasladarse a la ciudad de La Rioja para cubrir el lanzamiento de la nueva Constitución provincial. “Este es el modelo provincial de lo que a mí me gustaría para el país”, sentenció, por su parte, Brancatelli, muy estimulado, desde la Feria del Libro de ese distrito, realizada bajo el paraguas oficial.
Cuando Javier Milei asumió la presidencia decidió frenar la pauta oficial nacional por un año. Alberto Fernández la había dejado en 40 mil millones de pesos. La expresión “ensobrados”, que tanto usa el actual presidente, les cuadra a aquellos comunicadores que, más que por sincera convicción, reaccionan cual si fueran muñecos de un ventrílocuo en las sombras, enfatizando fervorosa adhesión a sus auspiciantes. Pero, de paso, extiende injustamente ese mismo brulote a aquellos que lo critican sin tener sponsors ocultos. Y así iguala a todos.
¿Y por casa cómo andamos? Según la revista Noticias, “aunque el Gobierno no pauta a través de Presidencia de la Nación, sí lo hace por intermedio de otros organismos estatales”, como YPF, Aerolíneas y Banco Nación. Sumando todos esos aportes, el resultado arroja, solo de enero a junio, $ 126.505.339.992. También pueden pautar organismos descentralizados como la Anses o el PAMI.
El tono panfletario que 678 ostentaba para defender al kirchnerismo se ha diseminado como esquirlas a uno y otro lado de la grieta, y ahora también se suman los libertarios al matonismo virtual, aderezado por el chupamedismo gentil de cierto periodismo.
La pauta oficial comenzó a desmadrarse durante el gobierno de Carlos Menem, tanto es así que informalmente se la conocía como la “cadena de la felicidad” que con su varita mágica tocaba a aquellos comunicadores que hacían mejor letra. El kirchnerismo no solo la usó para premiar a sus acólitos, sino también para castigar a sus detractores.
Urge una ley que la regule para que ningún gobierno nacional, provincial o municipal de cualquier ideología la utilice discrecionalmente.