Paul Auster: "Donald Trump es incapaz de leer un libro"
El escritor norteamericano, muy enojado con el presidente de su país, presentó en Madrid su última novela, 4321, que narra cuatro versiones de la existencia de un mismo personaje, Archibald Ferguson, cuya personalidad y experiencias cambian a partir de hechos que signan caminos diferentes
MADRID.– Cuando escribió la última palabra de la última oración del último capítulo de su última novela estaba tan exhausto que casi cae desmayado. Había escrito alrededor de mil páginas Puede sonar a hipérbole, pero quien así lo narra es un escritor que se propuso contar una vida en clave realista. "Happy” concluye el libro –en inglés y en su traducción al castellano– y así también es feliz el final de esta odisea que le exigió travesías por su alma y el confinamiento en su casa en Brooklyn. Paul Auster se encuentra de gira europea para presentar 4321 y España es el sexto y último país que visitará hasta noviembre, cuando vuelva a hacer la valija para viajar a México. Luego de escribir y de presentar al mundo esta novela tan extensa descansará de la vida pública, de las obligaciones que se le exigen a un escritor de su talla y de la ficción.
Ni bien comenzó la rueda de prensa, el escritor estadounidense pidió un instante para recordar a quien fuera su amigo durante cuatro décadas, el poeta John Ashbery, quien falleció esta madrugada. “Tenía 90 años. No podemos decir que es una tragedia, porque vivió una vida excepcionalmente larga, pero estoy muy triste. Cuando regrese voy a releer su obra completa”, expresó incómodo mientras se colocaba mejor el audífono del micrófono inalámbrico. Esta noticia que lo desanima lo hace sentir lejos de su casa y de su país.
Auster es un gran detractor de Donald Trump y ante la pregunta sobre qué libro le recomendaría leer al mandatario, respondió: “Es incapaz de leer un libro. No le gusta cómo huelen. Los memorándums que recibe no deben superar una carilla”. Así comenzó una larga lamentación sobre el presente de su país y admitió que intentó comprender muchas veces cómo un presidente a quien él considera misógino obtuvo un amplio porcentaje del voto femenino. Auster critica ciertas actitudes de superioridad que se evidencian en algunos sectores de su sociedad. “Todos en los Estados Unidos son inmigrantes, salvo los indios. Es un país que nace de una idea. «Vamos a inventar un país», dijeron los colonos. Un experimento como jamás se ha visto en la historia de la humanidad”.
4321 son las cuatro versiones de la existencia de un mismo personaje, un joven Archibald Ferguson, cuya personalidad y experiencias cambian a partir de hechos que signan caminos diferentes. La novela tiene un comienzo compartido –el modo en el que sus padres se conocen, el origen de sus abuelos, la bondad y honradez de sus progenitores etc.–, el capítulo 1.0, y luego de este tronco habrá cuatro senderos posibles que recorrer. Desde la niñez hasta el inicio de su vida adulta, el destino de Archibald estará marcado por el éxito, la ambición, el fracaso o las decisiones laborales de su padre, y con ellos, y el impacto económico que estas acciones impliquen, la casa y el suburbio donde viva este personaje. Una cadena concatenada de hechos irá marcando distintos destinos, pero siempre se conservará la esencia de un personaje que Auster define, en cualquiera de sus versiones, como “precoz y brillante”.
Auster nombra a su criatura en ocasiones con su apellido y, en otras, con su nombre. Es indistinto, aunque siempre acompaña una aclaración y esta es un número que lo sucede. Así, distingue, por ejemplo a “Archibald 1”, quien carece confianza en sí mismo, de “Archibald 2”, quien reconoce cómo su padre se ha sacrificado para que él tenga la mejor educación posible, o de “Archibald 4”, quien tiene temas irresueltos con su padre.
Cuál será la próxima “gran novela norteamericana” se debate a menudo en la crítica literaria. Auster rechaza haberla escrito con 4321, un texto que recorre la segunda mitad de la historia estadounidense del siglo XX. Áspero, con algunas respuestas (“¿Pero usted leyó mi libro?” o “Creo que no escuchó lo que le acabo de decir a su colega”), rechazó estar pendiente de cualquier categoría o etiqueta que le endilguen, como así también de posibles premios y postulación. Al fin de cuentas, Auster cree que la única certeza en la vida es aquello que ocurre de modo inesperado.