Patti Smith: memorias de una princesa punk
Fue el verano en que murió Coltrane -así lo cuenta ella misma en el comienzo del libro-. Los hippies alzaron sus brazos vacíos y China hizo detonar la bomba de hidrógeno. Jimi Hendrix prendió fuego su guitarra en Monterrey. Fue el verano del amor. Y en aquel clima cambiante e inhóspito, un encuentro cambió el curso de mi vida". Ese encuentro es muy bien conocido por quienes se asomaron alguna vez a la afiebrada vida cultural de aquellos años dorados. Era 1967 cuando Patti Smith y Robert Mappelthorpe cruzaron sus vidas, la poeta y cantante y el fotógrafo unidos por el amor y el deseo y después por la amistad. Just Kids (Éramos unos niños, Lumen) recrea la efervescencia de aquella bohemia, un poco a la manera de las Crónicas de Bob Dylan. Regresar a esas memorias tan personales de Patti (o a M Train, otro capítulo de su autobiografía) es un buen aperitivo para recibirla en marzo, cuando llegue al CCK la artista que en los 70 definió una parte del punk rock neoyorquino con una obra de una intensidad emocional y un desgarro siempre conmovedores.