Paso fronterizo
La fila de vehículos para ingresar en la Argentina por los puestos de migraciones de Gualeguaychú-Fray Bentos llegaba a tener, a comienzos de esta semana, cien o más metros de largo, con una amansadora de una a dos horas aunque ni siquiera era fin de semana largo ni tampoco época de temporada alta.
Las contrariedades se acumulan. En primer lugar, se puede salir de la Argentina hacia Uruguay las 24 horas del día, pero para ingresar solo es posible de 8 a 20. ¿Alguna explicación coherente? Ninguna. Después del feriado de Semana Santa se dejaron operativas tan solo dos cabinas de las cinco existentes. Los sufrientes empleados encarecen a los pasajeros para que se quejen por las redes sociales porque no dan más. A la desidia oficial, se suma la improvisación de viajeros que llegan hasta allí sin haber completado la declaración jurada online y eso alarga aún más la demora. Superado ese trámite hay otra cabina que cobra alegremente $1000 para poder seguir adelante. ¿Será para mantener las instalaciones y el asfalto circundante? Imposible ya que no pueden ser más deplorables. Al reingresar al país, el primer cartel con que se topa el visitante recuerda que “las Malvinas son argentinas”.
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