Panorámica. Containers como Legos para un estadio del siglo XXI
Doha, Qatar. El Estadio 974, diseñado por Fenwick Iribarren Architects, albergará 7 partidos del Mundial 2022
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Junto al celular, quizás el barbijo y tres o cuatro cosas más, los Lego podrían ingresar al podio de los símbolos culturales de nuestra época. Cierto que nacieron a mediados del siglo pasado, atados a un imaginario que creía más en lo sólido que en lo que se desvanece en el aire: ladrillitos contantes y sonantes, delicia de quienes se soñaban arquitectos, ingenieros, constructores de entornos duraderos, confiados en la existencia de algo llamado cimiento.
De aquel mundo quedaron algunos juegos, la impronta pop, los Lego que además de ladrillito hoy son parque temático, consumo digital, películas, series, memes, irradiación en redes sociales. Y estadios de fútbol.
En efecto, como le confió el arquitecto inglés Mark Fenwick al periodista Alejandro Casar González en este mismo diario, la concepción del Estadio 974 –el que vemos en esta foto, donde jugará la selección argentina durante el Mundial de Qatar– comenzó con la compra de una caja de Lego.
En efecto, como le confió el arquitecto inglés Mark Fenwick al periodista Alejandro Casar González en este mismo diario, la concepción del Estadio 974 –el que vemos en esta foto, donde jugará la selección argentina durante el Mundial de Qatar– comenzó con la compra de una caja de Lego. Los diseñadores pusieron las piecitas sobre la mesa, se lanzaron a pensar y lo que surgió fue el proyecto de un estadio desmontable, construido a partir del ensamblaje de contenedores. “Se pueden ir uniendo y apilando, como en un Lego”, explica Fenwick, y aclara que, según la función que le fue asignada, cada contenedor tiene un determinado color (por caso, los baños son rojos).
Originalmente, el estadio se llamó Ras Abu Aboud. Luego el azar ofreció en bandeja el nombre con el que finalmente sería conocido. Fueron 974 los contenedores utilizados. Y 974 es el prefijo que corresponde a Qatar.
Los diseñadores pusieron las piecitas sobre la mesa, se lanzaron a pensar y lo que surgió fue el proyecto de un estadio desmontable, construido a partir del ensamblaje de contenedores.
Entonces ahí lo tenemos, un estadio que al terminar el mundial se desmontará y reutilizará, hijo de un siglo que pide a gritos gestos de este tipo. Aunque los gestos nazcan de la contradicción: la joya sustentable se emplaza en una ciudad emblema de un lujo y una arbitrariedad que poco tienen que ver con las mejores aspiraciones ambientalistas.