"PAMI es transparente"
Considerado como uno de los funcionarios más controvertidos del Gobierno, el titular de la obra social de los jubilados asegura que la corrupción está en la naturaleza humana.
CON más de 25 causas en los Tribunales, Víctor Alderete -titular del PAMI- es uno de los funcionarios más controvertidos del gobierno menemista.
Maneja un presupuesto anual de 2400 millones de pesos, que ningún ente oficial logró controlar en su totalidad. Jueces, ministros, funcionarios, diputados de la Alianza y del propio PJ: nadie pudo hurgar en las cuentas de la obra social más grande de la Argentina -tiene 4.000.000 de afiliados- y de América latina.
Alderete llegó al poder de la mano del presidente Carlos Menem, con quien tejió una amistad que hasta hoy nunca se quebró. Siente admiración personal por el primer mandatario, casi una veneración. Va con él en cuanto viaje puede y, si los compromisos no se lo permiten, lo acompaña hasta la puerta del avión. La mejor demostración de cariño: acaba de comprar una propiedad en Anillaco para convertirse en su nuevo vecino.
Durante los últimos días, mantuvo un enfrentamiento con el ministro de Economía, Roque Fernández. Alderete reclamó 200 millones de pesos para cubrir un déficit operativo que llevó al PAMI a la crisis en la atención médica y dejó sin atención a 840.000 jubilados en el conurbano bonaerense.
Por la insistencia, Fernández llegó a pensar en la renuncia (luego, le gestionó un primer préstamo bancario de 120 millones de pesos). El posible alejamiento del titular de Hacienda hizo temblar los mercados. Por primera vez, el martes, Menem retó a su amigo y le dijo -según confiaron fuentes de la Casa de Gobierno- que era "la última vez" que quería ver al PAMI en medio de un escándalo.
Alderete recibió a La Nación en su despacho de la obra social, en el piso 13 de Perú 169. Estaba rodeado de decenas de fotografías, de su equipo de música -en el que escucha las piezas que él mismo compone-, de dos asesores de prensa, dos gerentes financieros y otro del área de la salud.
-¿Cómo está hoy su relación con Menem?
-Excelente. Las cosas que se han dicho en estos días (del enojo presidencial) son absolutamente falsas. Lo único que él hizo fue manifestarme su firme decisión de que siguiera haciendo las cosas bien. Siempre me dio su apoyo.
-¿Cree que la pelea con Roque Fernández debilitó su posición en el gabinete?
-No, no lo creo. Además ésas son cosas que yo no puedo juzgar subjetivamente. Yo actúo de acuerdo con lo que creo que es correcto. El tema que ha estado en juego no es "Alderete sí, Alderete no". Aquí lo que importa es: ¿se va a conseguir la plata para que los jubilados tengan una atención de salud correcta, o no? ¿Cuál es el mejor camino? ¿O el posible? Creo que se encontró una vía que eran los créditos bancarios.
-¿Se siente solo entre los otros funcionarios?
-Me siento más acompañado que nunca. Creo que, a esta altura, saben que soy sincero. Que nunca manejo información para dañar a nadie. Que discuto siempre, pero de frente. Esto sí a algunos les puede molestar; soy franco y a veces combativo, pero leal.
-¿En algún momento pensó en renunciar?
-No. Creo que la renuncia es el último elemento que se debe tener a mano. Uno no puede presionar con eso porque, además, tiene que ser una decisión indeclinable. Hay que presionar con el trabajo, que fue lo que yo siempre hice.
-¿Qué es lo que más le gusta del poder?
-Yo no tengo ninguna ambición de poder, tengo vocación de servicio y para eso tengo presente una firme convicción evangélica. Esta formación es real. Pero frente a eso se ha construido una imagen distorsionada al servicio de los que quisieron parar la transformación del PAMI.
-¿Cómo justifica tantas denuncias judiciales en su contra?
-Aquí hubo un ataque político, un claro ataque contra el Gobierno. Nosotros conseguimos darle una transparencia al PAMI que nunca antes había tenido. Hemos cortado marañas de intereses. ¿Que tenemos defectos? Sí, los tenemos. Pero si alguien tenía una receta que funcionara podía traerla. La hubiéramos aceptado con toda humildad.
-¿Qué siente cuando lo critican?
-Todo este ataque es duro de recibir, es humanamente muy pesado. Se afectaron sin ningún pudor mi persona y mi familia, sin ninguna justificación. ¿Por qué me mantuve? Porque creo que hay que servir a la gente.
-¿Se acabó la corrupción en el PAMI?
-La corrupción está en la naturaleza humana; lo que hay que hacer es modificar los sistemas para reducirla lo más posible. Mi tarea no es modificar a los hombres, ésa es tarea de un religioso, de un moralista. Mi labor es modificar los sistemas y el que hoy tiene el PAMI ha cortado enormemente la posibilidad de corrupción.
-¿Presentó su declaración en la Oficina de Etica Pública?
-Creo que no venció el plazo, pero va a ser presentada cuando corresponda. De todas formas, no soy una figura que empezó su tarea en el PAMI. Hace 30 años que estoy en la actividad de la salud. No soy un desconocido.
-¿Cómo se ve después del mandato de Menem?
-Me veo muy bien y lo que sabe la gente es que estoy totalmente consagrado a mi misión. Creo que el presidente de la República merece que sus funcionarios se agoten en la tarea para cumplir los objetivos de su política: en mi caso, que funcione el instituto, que no quiebre, que los afiliados estén atendidos lo mejor posible.
-¿Le gustaría tener algún puesto legislativo?
-No, no, no... Creo que mi destino desde hace más de 30 años tanto en la actividad privada como en la pública ha sido encargarme de los problemas de la salud. El presidente Menem me convocó para que esta obra social saliera de la quiebra. Es una causa muy noble y creo que me excedí en el encargo porque me enamoré de esta causa. No necesito algún puesto, pero no voy a parar hasta terminar con la discriminación del adulto mayor por la cuestión de la edad. Por otra parte, soy el secretario de la Tercera Edad...
-¿Cómo se las arregla con las dos actividades?
-Me levanto a las 8 de la mañana y suelo acostarme entre las 3 y las 4. Eso lo saben los prestadores porque a veces los cito a esa hora, se los exijo porque me estoy matando por ellos. No tengo ningún empacho. Además, tengo un programa de radio, que sale de lunes a viernes de 23 a 24. Después sigo trabajando. Mis gerentes suelen reunirse también hasta muy tarde. Yo estoy siempre acá. Cuando todos duermen, yo estoy acá.
-¿Cómo empezó su relación con Menem?
-Empezó cuando me pidieron que me hiciera cargo de la obra social de los telefónicos. Venía de la actividad privada; tenía una larga experiencia como presidente de cámaras de salud y María Julia Alsogaray (cuando era interventora de ENTel) me pidió que la acompañara. Ahí conocí a Menem.
-¿Cómo llegó a convertirse en su amigo?
-De entrada, cuando oí sus primeros discursos como gobernante y sus manifestaciones, sentí la admiración personal más fuerte que he sentido en mi vida. Sentí que lo que toda la vida había querido para la Argentina, una moneda equilibrada, libertad, todo eso, este hombre no sólo lo decía sino que lo había empezando a hacer. Yo le expresé mis ideas y se ve que él también me apreció. Me invitó a jugar al golf y ahí también, a veces conversábamos.
-¿Dónde jugaban al golf?
-En distintos clubes. En ese momento, en el que yo presidía, Los Lagartos. Después vino su grave problema familiar (la muerte de su hijo Carlos) y yo estuve a su lado como tanta gente. El habrá visto en todo este derrotero que no sólo lo admiraba sino que estaba dispuesto a meter los pies en el barro. El mayor honor que he tenido en mi vida es que Menem me llamara a formar parte de su Gabinete.
-¿Cómo es el Presidente en el trato personal?
-Es una de las personas más buenas que he conocido. Porque muchas de las cosas que ha sufrido en los últimos tiempos le han pasado por ser una persona tan buena. Se ha adelantado 5 o 6 años y la sociedad que no entiende, ataca, critica y lastima. Pero él es un verdadero estadista.
-Entre Roque Fernández y usted, ¿Menem con quién se queda?
-Ese tipo de cosas no caben dentro de la política argentina. Cuando alguno se equivocó del canal que el Presidente indicó, por importante que fuera, se fue. Si uno entiende que no es justa su política sabrá lo que tiene que hacer. La cuestión no es a quién apoya más. Menem, como corresponde a una democracia, hace que los hombres sirvan a su política. Porque él es el que manda.
Recuerdos
VICTOR ALDERETE trabaja más de 16 horas al día. Como prácticamente no está en su casa, decidió llevar a su despacho los recuerdos más importantes de su vida. Pero las paredes no sólo están cubiertas de fotografías familiares y de momentos felices; de ellas también cuelgan recortes de diarios y de revistas que fueron enmarcados especialmente.
Se trata de algunos de los artículos periodísticos que más lo cuestionaron como funcionario. O, incluso, que lo golpearon en temas personales y tan delicados como su estatura. Eso sí, al lado de una de las notas más críticas también colocó su respuesta -una carta de lectores-, que fue publicada por el mismo medio.
Perfil
- Víctor Alderete nació en 1933 y es egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Está casado, tiene cuatro hijos y cuatro nietos. Su hijo Alejandro, de 33 años, se desempeña como gerente en el PA MI.
- Llegó a la obra social a fines de 1996 como interventor. En 1997 asumió como presidente.
- Sufrió el peor revés en febrero último, cuando la Justicia frenó su plan de crear tres redes de salud que prestarían servicios médicos de baja, media y alta complejidad. Había armado una licitación y adjudicado el negocio -de 1000 millones de pesos anuales- a tres empresas.
- Antes del PAMI fue interventor en la obra social de ENTel y en el instituto de bancarios.
- Fue profesor universitario, y trabajó en el sector privado de la salud por 30 años. Fue gerente de la empresa TIM y luego fundó Diagnos. Fue presidente de la Cámara de Instituciones Médico Asistenciales de la República Argentina (Cimara).
- Comenzó la actividad política en la Unión Cristiana Democrática. En 1973 se postuló como candidato a diputado nacional porteño por Nueva Fuerza. Años después se unió a la Ucedé, liderada por Alvaro Alsogaray. Después pasó al PJ.