Otro paso hacia las autonomías municipales
Los municipios se vienen transformando en actores decisorios a la hora de mejorar la calidad de vida de los bonaerenses. La vieja concepción que entendía a los intendentes como meros administradores con funciones restringidas al ornato, alumbrado, barrido y limpieza ha quedado atrás.
La defección del gobierno provincial en dar respuesta al deterioro de los servicios que presta en materia de educación, seguridad y salud ha obligado a los jefes comunales, quienes están más cerca de la ciudadanía, a hacerse cargo de estos problemas sin contar ni con el marco legal ni con los fondos para asumir estas responsabilidades.
Esta dinámica requiere dos medidas inmediatas. Por un lado, que el gobernador cumpla con la implementación de las autonomías municipales dispuesta en la reforma constitucional de 1994. Es indispensable que los municipios cuenten con el aval de la ley que legitime esta situación que se da en los hechos, y que los vecinos reciban la potestad y los recursos correspondientes para afrontar estos servicios básicos. Paralelamente, se debería impulsar la descentralización provincial, generando regiones de municipios que permitan dar mayor eficiencia a los recursos físicos y humanos disponibles, como también promover la profesionalización del funcionariado público para garantizar la continuidad de planes de gobierno.
De la mano de esta medida debemos avanzar en fortalecer la institucionalidad de los municipios. Ya que los intendentes hemos dejado de ser meros administradores, situación por la que la ley nos permite presentarnos indefinidamente, es preciso adecuar la duración en el cargo limitándolo a un máximo de dos períodos continuados.
En mi caso, me siento muy a gusto en mi rol de jefe comunal, en contacto directo con los vecinos, sus necesidades y aspiraciones, pero, aun con buenos índices de aprobación en la gestión, impulso junto a otros intendentes del Frente Renovador esta iniciativa. Con ella aportaremos a una institucionalidad más fuerte y un sistema electoral que dé cuenta de la nueva realidad de los municipios. Este cambio ameritará el desdoblamiento de fechas, para que los vecinos puedan elegir con claridad a su representante más cercano, así como la implementación del voto electrónico o la boleta única brindarán mayor transparencia y menor gasto.
De este modo, las gestiones exitosas de gobiernos locales serán las que pongan una vara de exigencia cada vez más alta para los que aspiren a suceder en los cargos.
También, es una manera de finalizar con los métodos clientelares que utilizan el empleo público o bien planes asistenciales como modo de cooptar votantes. Pretendemos que la política sea juzgada por los servicios que brinda a la gente y que el ciudadano esté debidamente informado de las opciones electorales de que dispone.
Es momento de legitimar esta nueva realidad que se manifiesta en los municipios, que se han convertido, en muchos casos, en gestores centrales de la calidad de vida de sus ciudadanos. Dar este paso en la concreción de las autonomías municipales, la descentralización, la gestión conjunta de municipalidades agrupadas en regiones, sin tener que nombrar un solo agente público ni gastar un peso más, y la reconfiguración del rol de los intendentes desde sus competencias y duración de sus mandatos fortalecerá la democracia y traerá mejores resultados para la vida de los argentinos.