ONU: la hora de renovar el contrato con los Estados
En enero de 2017, Antonio Guterres, ex primer ministro de Portugal y jefe de la Acnur por diez años, será el nuevo Secretario General de Naciones Unidas. Su nombramiento se fue confirmando de a poco, en cada uno de los seis sondeos de opinión. No ganó un candidato de Europa Oriental, como se esperaba. Y no ganó una mujer, como se deseaba. Como sea, hay por lo menos seis desafíos que Guterres deberá enfrentar en sus próximos cinco años.
El primero, y el más urgente, es Siria. Representa el fracaso más rotundo del Consejo de Seguridad desde la disolución de Yugoslavia. Es un conflicto que no tiene dos lados, sino muchos jugadores con objetivos muy diversos, que buscan una zona de acuerdo entre tantos desacuerdos. El segundo desafío es incrementar la asistencia a los refugiados, desde seguridad hasta alimentos. Es la crisis más grande desde la Segunda Guerra Mundial. Guterres debe asegurar que los Estados se comprometan a hacer crecer su ayuda para paliar un drama humanitario de proporciones.
El tercer desafío son las operaciones de paz, poco financiadas y muy desprestigiadas por escándalos de abusos sexuales. Hay 100.000 soldados con cascos azules distribuidos en 16 misiones. Parece mucho, pero sólo Estados Unidos tiene 40.000 soldados en Alemania, recordándole a Berlín y a Rusia que Washington cree en la OTAN. Estados Unidos gastó en un solo mes de 2010 en Afganistán lo mismo que gastó la ONU en todas sus operaciones de paz de 2016, un monto que representa apenas el 1,4% del gasto en defensa de Washington. El cuarto desafío es el cambio climático. La buena noticia es que ya se alcanzó el número de ratificaciones necesarias para que el Acuerdo de París entre en vigor. La mala noticia es que ahora habrá que monitorear y exigir a los Estados que cumplan sus promesas.
El quinto asunto pendiente es mejorar el funcionamiento del Consejo de Derechos Humanos. Creado para hacer crecer la importancia del tema, el Consejo se ha convertido en un espacio cuestionado en el que los Estados que violan los derechos humanos van a evitar sanciones. El sexto desafío es la igualdad de género. Durante el mandato de Ban Ki-moon, la Asamblea creó ONU Mujeres, una agencia para promover la igualdad de género. Pero cerca del 80% de los nombramientos más importantes de la ONU fueron para hombres. Incluso entre los 23 nombramientos para europeos, sólo uno le correspondió a una mujer.
La tarea de Guterres es enorme. Y su éxito estará dado por su capacidad para imaginar un nuevo contrato global en tiempos en que los Estados quieren romperlos.