Occidente, Ucrania y su derecho inmanente de legítima defensa
El artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas estipula que: “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas…”.
Como miembro de las Naciones Unidas que sufre un ataque armado, Ucrania tiene el derecho inherente de la legítima defensa y todos los demás Estados miembros de la ONU, respetando tanto la letra como el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas, no sólo deben abstenerse de menoscabar ese derecho, sino ayudar a Ucrania a defenderlo.
Este enfoque es más que justificado si se tiene en cuenta el hecho de que Ucrania ha estado defendiendo su integridad territorial y la de Europa durante la última década.
Además, resulta en el mejor interés de los países miembros de la OTAN que Ucrania detenga a Putin en su avanzada ya que los planes imperialistas del Kremlin tienen un alcance mucho mayor que Ucrania misma. De hecho, el 7 de marzo de 2024, el presidente estadounidense Joe Biden lo dejó muy claro en su discurso sobre el “estado de la Unión”: “En el extranjero Putin y Rusia están invadiendo Ucrania y sembrando el caos en Europa y más allá. Si alguien piensa en esta sala, que Putin se detendrá en Ucrania, les aseguro que ello no sucederá. Pero Ucrania puede detener a Putin si nos solidarizamos con Ucrania y les entregamos las armas que ella necesita para defenderse. Esto es todo lo que Ucrania está pidiendo”.
Si Occidente realmente quiere que Ucrania detenga la guerra genocida de Rusia y la amenaza persistente a la paz y la seguridad europeas, entonces debe hacer más que simplemente ayudar a Ucrania a no perder esta guerra. Occidente debe ayudar genuinamente a Ucrania a obtener pronto una victoria.
La exitosa incursión de Ucrania en la región rusa de Kursk expuso la vulnerabilidad de Rusia y demostró que, con un apoyo occidental efectivo, en lugar de tardío y gradual, Ucrania puede tener éxito y aplastar los planes imperialistas de Rusia.
Con ese objetivo en mente, Occidente debe proporcionar a Ucrania las armas necesarias, incluidas aquellas con capacidades de largo alcance, para proteger su espacio aéreo, liberar sus territorios y proteger su integridad territorial y, por esta misma razón, la de Europa. Además, Occidente debe levantar sus restricciones contraproducentes y permitir que Ucrania utilice las armas suministradas para neutralizar instalaciones militares y otras estructuras estratégicas dentro de Rusia que están siendo utilizadas por sus militares para matar y herir a civiles ucranianos, incluidos niños, y destruir la infraestructura civil, los hospitales y las escuelas de Ucrania.
El 13 de junio de 2024, antes de la reunión de los Ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró públicamente que: “Según el derecho internacional, Ucrania tiene derecho a la legítima defensa y este incluye también el atacar objetivos militares probados en el territorio del agresor, Rusia. Si no pudieran hacerlo, entonces les estaríamos pidiendo que ejercieran su derecho a la legítima defensa con una mano atada a la espalda. La legítima defensa no es una escalada. La legítima defensa es un derecho consagrado en la Carta de las Naciones Unidas. Y tenemos el derecho de ayudar a Ucrania a defender ese derecho”.
Cuanto antes Occidente ejerza plenamente su derecho de ayudar a Ucrania en la salvaguarda de su legítima autodefensa, antes Ucrania pondrá fin a la campaña diaria de terror y matanza de Rusia, lo que en última instancia garantizará la paz y la seguridad en Europa.
Presidente de la ONG Ukraine-2050