Obra en construcción: Xul Solar, registros de una aventura espiritual
En marzo se inaugurará en el Museo Nacional de Bellas Artes una muestra con 158 piezas del maestro que excedió todos los límites
Cuando Jorge Luis Borges escribió su breve presentación de Xul Solar, ya se habían extinguido para él y para todos los fulgores vanguardistas. Fue en 1949, mucho después de que su amigo ilustrara con viñetas en los años 20 El tamaño de mi esperanza y El idioma de los argentinos. Sin embargo, un pasaje de ese escrito encierra todavía la definición más exacta de su poética. "Hombre versado en todas las disciplinas, curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitologías, huésped de infiernos y de cielos, autor panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la generosa amistad, Xul Solar es uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época."
Reparemos en un detalle de este pasaje enumerativo de Borges: en ningún momento se predica de él la condición de "artista" o de "pintor". En esa ausencia está todo el acierto de la definición. Xul es más y menos que un artista; es, precisamente, "un acontecimiento". Es posible que, si se dejan de lado por un momento sus invenciones, el reflejo vanguardista más persistente de Xul Solar haya sido la renuncia a la condición de "artista", y ésta es la razón por la que cualquier perspectiva unilateral de su trabajo incurriría en una injusticia. La muestra Xul Solar. Panactivista, que conmemorará desde el 8 de marzo en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) los 130 años de su nacimiento, adoptó este supuesto como un verdadero punto de partida.
La curaduría de Cecilia Rabossi propone un recorrido que se organiza en una serie de núcleos: "Arte y literatura: Xul y sus amigos" revive los años europeos, la vanguardia rioplatense y la amistad con Emilio Pettoruti y con Borges; "Músico visual" es una idea de la musicóloga Cintia Cristiá en su libro crucial sobre Xul, y es el umbral para entender sus aventuras en la invención de instrumentos (el piano de colores) y de notaciones musicales; "el mundo de las lenguas" se concentra en el neocriollo y la panlengua; "Espacios habitables" exhibe sus imaginaciones urbanas; "Lo místico, lo esotérico y lo oculto" incluye desde luego la astrología, pero se desborda al panajedrez y a su teatro de títeres para adultos; por último, la escritura plástica tiene su espacio en "Grafías platiútiles".
"Es cierto que en el caso de Xul no se puede escindir ninguna de sus partes -explica Rabossi-. La intención es entonces mostrar la modificación de todos los sistemas que él quiso cambiar, ya sea la escritura, la lengua, los juegos, la notación musical. Básicamente estarán sus acuarelas y témperas, muchos dibujos, documentos y escritos. Obviamente también va a haber objetos, como los instrumentos musicales, las cartas y el panajedrez. Pero también videos y audios". Serán en total 158 piezas.
Una enciclopedia visual
Toda esa aventura artística, que para Xul era en realidad una aventura espiritual, precipitó ahora de manera ordenada en la publicación en dos tomos del monumental Catálogo razonado de la obra completa del artista, que se presentará al público en el marco de la muestra. Patricia M. Artundo, la directora del proyecto, explica en la introducción que, en una tarea que consumió seis años, se identificaron en total 1897 piezas. La conclusión que resulta de la investigación es clara: "El universo de obras de Xul Solar es mucho más rico de lo que se manejó hasta ahora".
El vínculo entre ese catálogo que publicó el Museo Xul Solar/Fundación Pan Klub y la próxima muestra en el Bellas Artes es mucho más estrecho de lo que podría pensarse. Según Rabossi, "el catálogo ayudó a pensar la muestra desde otro lugar y aportar obras que no habían sido exhibidas". Un caso es la primera muestra de Xul, en Milán, a instancias de su amigo Pettoruti: fue sólo a partir del catálogo razonado que se pudo saber exactamente qué obras se exhibieron entonces y recuperarlas para esta muestra en el MNBA.
Hablamos de "obras" aunque, ya se dijo, las pinturas eran una parte más -sólo una- de una curiosidad que no se resignaba a la fijeza de la tela o el papel. Igual que se pudo afirmar mucho más adelante sobre John Cage, Xul fue también un inventor, en el sentido de que se dio cuenta de que los nuevos tiempos reclamaban no sólo nuevas formas, sino también nuevos objetos. Nacieron así el panajedrez (o ajedrez criollo), una lengua nueva (la panlengua), el piano de colores y los juegos de cartas.
Antes del catálogo, Artundo había preparado ya el volumen Entrevistas, artículos y textos inéditos, en el que se incluía, como parte de una de las entrevistas, una definición de la "panlengua": "Actualmente trabajo en una lengua monosilábica, sin gramática, que se escribe tal como se pronuncia, de raíces básicas, unívocas e invariables, combinables a voluntad, de fonética fácil, musical y en la que todos los sonidos pronunciables están registrados". Esta utopía lingüística debe entenderse en el horizonte mayor de la utopía artística, una especie a su vez de "panvanguardia".
Música visual
Pero es probable que de todas las curiosidades de Xul la más emblemática haya sido la música; emblemática porque en ella convergen preocupaciones que de otro modo estarían dispersas. Hacia la mitad del segundo tomo de Alturas, tensiones, ataques, intensidades, el compositor Juan Carlos Paz registra un encuentro con Xul. "A Macedonio [Fernández] se lo veía mucho, especialmente en compañía de Xul Solar. Una noche nos encontramos los tres en una disquería de la calle Corrientes." Paz transcribe sólo la conversación que mantuvo con Macedonio, por lo que se infiere que Xul escuchaba.
En el libro Xul Solar. Un músico visual, Cristiá estudió en profundidad las ramificaciones y continuidades que existían para Xul entre un arte y otro. Para Cristiá, la música parecía ser para él tanto "fuente de inspiración" como "medio de trascendencia", y alega en ese sentido un testimonio de Luis Falcini según el cual, tocando su armonio, "Xul accedía al Olimpo de sus ensoñaciones". Amaba a Wagner, pero la llave de esas ensoñaciones era El clave bien temperado de Bach. Ahí están las marcas con lápiz en la Fuga n°10 en mi menor, pero también en la n° 7 en mi bemol mayor y en la n° 16 en sol menor.
Xul aprendió de la música lo mismo que Paul Klee: la simultaneidad de voces admite una representación en la simultaneidad del plano. Quien considere Impromptu de Chopin (1949) sabrá lo que esto quiere decir. Entre los documentos que se verán en el Bellas Artes están las cartas astrales de Chopin y de Paz. Lo trascendido en el plano, el tiempo, es indicio de una trascendencia existencial.