Nueva etapa para la Iglesia en el país
La Conferencia Episcopal Argentina eligió nuevas autoridades. Los obispos que la encabezan no son en cuanto tales más que sus pares y no tienen autoridad sobre ellos. La Conferencia es una instancia de diálogo y coordinación de las tareas pastorales. Sin embargo, quienes la presiden son vistos por la sociedad como la cabeza de la Iglesia católica en la Argentina. Y la elección de uno u otro obispo en cargos claves es signo de tendencias o líneas de pensamiento en el conjunto.
La resistencia del Papa a visitar el país fue considerada como un desplante al Gobierno, pero también a una conducción del episcopado que hizo lo indecible por demostrarle cercanía y que reiteradamente lo invitó. Organizar esa visita es el primer gran desafío.
El nuevo presidente por primera vez no es un arzobispo: Oscar Ojea, obispo de San Isidro. Se trata de un pastor apreciado por sus pares, con una fuerte impronta social, mesurado pero firme en sus decisiones.
Ojea expresó su intención de trabajar para superar las divisiones entre los argentinos. Es un desafío enorme que la Iglesia debe encarar no solamente como servicio a la sociedad, sino como necesidad propia. Es que también en la Iglesia existen las mismas divisiones que hay fuera de ella. Si no se sanan heridas y se acercan posiciones corremos el riesgo de volver a experimentar enfrentamientos más serios, que en el pasado fueron muy dolorosos, y que monseñor Ojea conoce bien. Las divisiones que hay que superar no son solamente políticas e ideológicas, sino también culturales, mucho más profundas.
Algo que ha hecho bien la Iglesia en la Argentina es el trabajo ecuménico e interreligioso.
Por otra parte, existe una cuestión muy dolorosa que recién en los últimos tiempos, más por necesidad que por virtud, ha encarado el Episcopado: los abusos sexuales de menores por parte de clérigos. La problemática es muy amplia.
Responsables de la Iglesia y de su tarea somos todos, no solamente los obispos. Pero a ellos les compete una responsabilidad principal y singular, y por eso interesa el rumbo que elijan como cuerpo.