Nota mental. La reina de los memes: ultraglobal y masiva
La inmediatez en la información y el papel de las redes sociales ante un hecho de repercusión internacional
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A minutos de la muerte de la reina Isabel II, una colega de Sociopúblico me preguntó si no teníamos que mandar un mensaje de condolencia a nuestros socios en el Reino Unido. Ninguna de las dos estaba segura. ¿Cuál era el tono exacto? ¿Podíamos herir alguna sensibilidad republicana? Difícil decidir. Hasta que mi colega reparó en algo que clarificó todo: “Ellos no nos escribieron cuando murió Maradona”. Decidimos no escribir con total convencimiento.
Tal vez la mejor forma de entender por qué la muerte de la Reina conmueve tanto al mundo sea compararla con Maradona, con perdón de la herejía para los fans de ambas figuras. Muertos queridos, ultra globales, y tan cercanos como un familiar. Cuando murió Maradona mucha gente decía que se sentía como si hubiera perdido a un tío o un amigo. Con la reina, se repite la frase “era la madre de todos”.
También ambos personajes nacieron con la TV y murieron en la era digital. El mundial 78, cuando arrancaba la carrera de Maradona, está asociado con la llegada de la televisión a color. La coronación de Isabel II, en 1953, fue el primer gran evento transmitido en vivo durante horas. El cierre del reinado, en cambio, sucedió en la web y las redes sociales.
En la Argentina eso se tradujo –a minutos del anuncio– en imágenes de Mirtha levantando la copa del mundo, Mirtha haciendo el gol con la mano a los ingleses tras gambetear a la Reina, o Mirtha en un fixture donde ya venció en semifinales a Fidel Castro y ahora gana la final. En el Reino Unido, los memes se enfocaron en el nuevo rey Carlos. ¿Van a caber sus orejas en las nuevas estampillas?
Tal vez la mejor forma de entender por qué la muerte de la Reina conmueve tanto al mundo sea compararla con Maradona, con perdón de la herejía para los fans de ambas figuras. Muertos queridos, ultra globales, y tan cercanos como un familiar.
Al mismo tiempo que se hacía el anuncio oficial, la web de la Casa Real actualizó su contenido con unas fotos de la Reina que, al escrolear, se reemplazan por las de su hijo Carlos. Un “muerto el rey, viva el rey” de la era digital. Spotify, entretanto, lanzó una playlist para atravesar el momento.
Twitter, según se mire, tuvo un día glorioso o pésimo. Una académica de Carnegie Mellon posteó un mensaje acusando a la Reina de dirigir un imperio genocida. Jeff Bezos –el dueño de Amazon– salió a criticarla, y la empresa decidió borrar el mensaje original como parte de su política de moderación de contenido. A las críticas por esa acción, se sumó una interrupción momentánea del servicio en varios países, por la enorme cantidad de visitantes. Fue justo 6 minutos después del anuncio. Lo mismo le pasó a la web de la BBC.
Es curioso encontrar estas fallas, porque se trató de un hecho previsible y uno de los más planificados de nuestra época. En la BBC se ensayaba el anuncio cada 6 meses, y los conductores tenían preparada la ropa de luto en el estudio. Sabían que, llegado el día, sonaría una alarma conocida como RATS (radio alert transmission system). Muy pocos la habían escuchado, y solo en simulacros. Un cronista contó que cada vez que había un ruido raro en la redacción alguien preguntaba si había muerto la Reina. Tal vez por tanta preparación, cuando finalmente el conductor del noticiero hizo el anuncio lo repitió tres veces. Después de ensayar tanto tiempo dan ganas de actuar.
Cuando murió el rey anterior, Jorge VI, pasaron casi cuatro horas entre el deceso y su comunicación. Cuando murió la princesa Diana fueron 15 minutos. Esta vez, fue casi antes de que sucediera. La transmisión en vivo de una sesión del Parlamento mostró la cara desencajada de la primera ministra, Liz Truss, cuando le pasaban información en un papelito. Todo cada vez más rápido, como dictan las reglas del mundo digital.
Las ceremonias de duelo son un cúmulo de normas sociales. Leerlas da pistas sobre nuestra vida en común. Las redes nos permiten llorar juntos, sin restricción de geografía o de tiempo, pero con otros límites. En su artículo No des like cuando alguien murió: el rol de las normas para el luto en las redes sociales, Anna Wagner reseñó 25 investigaciones sobre el tema y encontró muchas coincidencias. Por ejemplo, que los usuarios de redes solo aceptan duelos cortos, que no atenten contra el tono general de los intercambios, que puede ser alegre o confrontativo pero no triste. O que parece existir una jerarquía de legitimidad que define quién tiene derecho a estar de luto según la cercanía con quien murió. Tal vez por eso muchos líderes mundiales y celebrities compartieron sus fotos con la reina, desde Obama hasta el Papa, desde Janet Jackson hasta Barbara Streisand. Tal vez por eso mismo, los argentinos nos acercamos a través de Maradona y Mirtha, lo más parecido que tenemos a una realeza local.
Directora de Sociopúblico