Nota mental. Estaré fuera de la oficina para siempre: cómo cambiaron las vacaciones pospandemia
Con las modificaciones en las rutinas laborales también se alteraron las vacaciones: trabajo y ocio se combinan de una manera diferente, con pop up holidays, home office frente al mar y nuevas aplicaciones que ordenan
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Escribí esta columna hace un par de días y después me fui de minivacaciones. En este mismo instante, tengo al código de Google y al de Slack respondiendo a cualquier persona que me escriba. No pude poner el clásico “estaré fuera de la oficina”, porque estuve fuera por casi dos años.
Se habla mucho de cómo la pandemia cambió la forma en que trabajamos, pero se habla menos de cómo cambió su complemento: cómo nos tomamos vacaciones. Hace tres semanas Portugal sancionó una ley que prohíbe contactar empleados fuera del horario laboral, en un intento por delimitar los momentos de trabajo y los de ocio. Sin embargo, ya está todo entremezclado y tal vez las leyes no alcancen. El propio Portugal lanzó una campaña para seducir nómadas laborales y ofrece visas a quien quiera instalarse en el país y trabajar para cualquier otro lugar del mundo… aunque esos otros empleadores podrán irrumpir a cualquier hora.
En el verano europeo, la columna Bartleby de la revista The Economist estuvo dedicada a las vacaciones pospandémicas. Su autor, Phillip Coggan, un habitué de los círculos del management y las finanzas británicas, contó que era habitual tener reuniones por Zoom con ejecutivos que estaban “trabajando desde la casa” con el mar Egeo o algún otro destino idílico de fondo. En la Argentina pasa lo mismo con paisajes campestres o puntaesteños. No son fondos virtuales. Más bien sucede que esos destinos, antes reservados a pocas semanas, hoy pueden recibirlos largamente. Trabajo y ocio se combinan de una forma mucho más fluida que antes.
La otra cara de esa flexibilidad es que los viajes se volvieron poco confiables. Cuarentenas, cierres de fronteras y cambios en la regulación pueden frustrar cualquier plan. Las agencias de viaje de lujo implementaron este año algo que llaman “trip stacking”. Se trata de reservar pasajes y estadía en varios destinos a la vez, y definir a último momento cuál usar según la situación lo permita. Una versión hedonista de la resiliencia basada en redundancia.
Ese es otro rasgo saliente de las vacaciones pospandémicas: no importa dónde estemos, el trabajo puede seguirnos. Les pasaba antes a los más digitalizados, ahora nos pasa a todos. Por eso las aplicaciones para organizar el trabajo empezaron a organizar también el ocio.
Tal vez todos necesitamos más que nunca asegurar el descanso, después de meses de incertidumbre y burn out. Hay empresas que implementaron días de vacaciones adicionales y sorpresivos. Lo hicieron organizaciones de todo tipo. Grandes como Google o Linkedin, organismos internacionales como el BID, que acaba de sumar un día más a los de thanksgiving, y también pymes en la Argentina. Algunos lo llaman pop up holidays, como si fuera un payaso que sale de la caja intempestivamente para alegrarnos la vida. Lo único malo de estas sorpresas es que… son sorpresa.
Lisa Finnegan, vicepresidenta global de recursos humanos de Linkedin, declaró que después de un par de estos viernes libres decidieron anunciarlos con más tiempo, para que los empleados pudieran aprovecharlos mejor. Nada más lindo que hacer planes para las vacaciones, aunque sean de un día y en casa, lo que en inglés llaman staycation.
Ese es otro rasgo saliente de las vacaciones pospandémicas: no importa dónde estemos, el trabajo puede seguirnos. Les pasaba antes a los más digitalizados, ahora nos pasa a todos. Por eso las aplicaciones para organizar el trabajo empezaron a organizar también el ocio.
Slack –una herramienta para chatear con colegas– creó un largo instructivo para defendernos del asedio de las obligaciones. En este momento, mi avatar es una palmera. Se pueden programar recordatorios que lleguen a los colegas cuando no estamos, respuestas automáticas a ciertas consultas recurrentes y hasta recomiendan que –en caso de tener una buena idea tirados en la playa– nos la mandemos como un automensaje para retomarla al regresar.
WhatsApp también incorporó mensajes automáticos para responder cuando no estamos, pero solo están disponibles para las cuentas de negocios. El “out of office” para los trabajadores independientes que usan WhatsApp es un anhelo largamente acariciado.
Esos mensajes de ausencia también están cambiando. No solo porque estar fuera de la oficina hoy no es excusa, sino también porque estamos más acostumbrados a los bots que responden de forma automática y nos volvimos más sofisticados para usarlos.
Hobspot, una plataforma de marketing online, creó una app que genera mensajes creativos para poner en la respuesta automática. Está disponible en ooogenerator.com y me indica ahora mismo que avise: “¿Sabías que el 51% de los empleados no usan el total de sus días de vacaciones? Bueno, yo no estoy entre ellos”.
Directora de Sociopúblico