“No hay plata”... ¿vale también para las causas sociales?
“No hay plata”. La frase del momento –esgrimida por el Gobierno - ¿vale igualmente para las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) que realizan trabajos para mejorar el mundo?
Partamos de la base de que los gobiernos en la Argentina nunca han destinado muchos fondos para apoyar a las OSCs en sus misiones. Al contrario, el sistema está armado más para inhibir que para alentar a que el sector civil se ocupe de trabajar para una sociedad mejor. Pero eso es tema para otra columna.
Hoy quisiera hablar sobre si realmente “no hay plata” para las causas de las OSCs. No del gobierno, sino de la gente.
Desde hace más de 20 años me ocupo de recaudar fondos para distintas causas de bien en el país. Y desde los inicios, en épocas económicas de holgura y en tiempos de crisis profundo, “por razones económicas” ha sido la razón principal manifestada por las personas contactadas por no colaborar con la causa. Aclaro que estoy refiriendo a campañas en que se pide un aporte pequeño mensual, no una donación de muchos miles o millones de pesos.
En ese contexto no creo en la respuesta “no hay plata”.
Tengo a un cliente, director ejecutivo de una OSC importante, que me dice que hasta el que pide limosna en la puerta de la iglesia el domingo puede donar $1 a una causa. Donar es una actitud solidaria de la persona: ayudar al prójimo, cuidar al planeta, educar…
También - sin violar las normas de privacidad a las que tanta importancia damos- hemos contactado a personas que sabemos que cuentan con muchos medios económicos y nos dicen que “no hay plata” como excusa por no donar. Si no quieren hacerlo, está bien, pero “no hay plata” no es una excusa válida en su caso. ¿Es válida en otros casos? Obviamente, sí. Pero no me refiero a ellos, quienes merecen nuestro mayor respeto.
Por eso, yo no acepto “no hay plata” como una excusa por no donar a una causa de bien. En el caso de contactar a una persona por teléfono, al recibir esta respuesta, el operador indagará más sobre el motivo de no donar, aunque sea solamente para mejorar nuestro entendimiento.
¿Cuál ha sido nuestra experiencia a través de los años (desde 2000) en buscar donaciones de individuos a OSCs? ¡Excelente! Tal vez uno de los mejores años fue 2002, cuando se produjo una crisis muy profunda. En ese año, con Fundación SALES y la revista Selecciones realizamos una campaña de suscripciones con donación a la investigación del cáncer y fue un récord de ventas de la revista y un récord en adquisición de donantes.
Tengo una teoría (no validada empíricamente, sino simplemente un “feeling” mío después de tantos años de fundraising) que cuánto peor le va económicamente al país, más solidaria es la población con las causas de las OSCs. ¿Qué está pasando en estos meses de tan alta inflación? Estamos pudiendo elevar la donación mensual promedio al ritmo de la inflación, en realidad un poquito más. No es poco haber logrado eso. Y refuerza mi creencia en que los argentinos son tal vez hasta más solidarios en tiempos difíciles.
Estas son las buenas noticias: los argentinos que donan lo hacen a pesar de que “no hay plata”. Sin embargo, también hay malas noticias: en el porcentaje de la población adulta que dona dinero a una OSC, la Argentina se posiciona 97avo en el mundo (y ha estado desde hace muchos años en más o menos ese nivel, según el World Giving Index realizado por Gallup en 142 países). Es muy bajo el porcentaje de argentinos que donan.
Diría que esto tiene que ver con varios factores, los que viene estudiando desde hace 3 años el grupo Cultura de Dar, formado por Qendar, la consultora de investigación de mercado VOICES!, y el Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés. Esta iniciativa tiene como propósito promocionar una “cultura de dar” en la Argentina apuntando a que la gente se una a la vida en comunidad y retribuya con su tiempo, talento y dinero.
En una “cultura de dar” la gente entiende como un valor y un deber ser solidario y compartir con la sociedad parte de lo que tiene gracias a su educación, esfuerzo e ingresos o patrimonio. Donde participar en la comunidad es un hábito, una expectativa y un estilo de vida. Esta cultura falta en el país.
Diría que el principal problema de las OSCs argentinas no es que “no hay plata”, sino que no hay una cultura de dar.
Presidente de Qendar