Ni una menos. La misma lucha, nuevos desafíos
Hace 5 años, ciento de miles de mujeres en más de 80 ciudades del país salieron a la calle exigiendo justicia por Chiara Paéz, una joven de 14 años asesinada por su pareja. No fue el primer femicidio, ni sería el último, pero marcó un punto de inflexión en la sociedad. Una frase, un grito, una lucha. El "¡Ni una Menos, Vivas nos queremos!" unificó luchas dispersas y puso una luz de alerta sobre las políticas públicas insuficientes y sobre una cultura machista que necesita un cambio profundo. Hace 5 años las mujeres nos hicimos más conscientes de lo indispensable que es acompañarnos y luchar, que si no tomamos el asunto en nuestras manos y nos involucramos desde el lugar que fuese, nada va a cambiar. A pesar de los avances en materia legal y de la mayor conciencia pública y mediática sobre la violencia de género, nos siguen matando. Una mujer por día…
Hoy, con más fuerza que nunca gritamos "Ni Una Menos".
En lo que va de este año fueron asesinadas más de 100 mujeres en todo el país, la cantidad de llamadas a nuestra Línea 144 han aumentado un 30% desde que comenzó el aislamiento social obligatorio. El confinamiento con los violentos y la tensión social y emocional aumentan el riesgo para mujeres y niñas. Las mujeres víctimas de trata de personas están aún más aisladas. Ante este panorama tan complejo, es necesario profundizar y mejorar las políticas públicas. Desde la Dirección General de la Mujer de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hemos garantizado el acceso las 24hs a la Línea 144, nuestros refugios y unidades convivenciales siguen abiertos y se han aplicado protocolos sanitarios para garantizar la salud de trabajadoras, mujeres, niños y niñas. Hemos coordinado con otras áreas del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat para hacer llegar folletería e información indispensable a través de la entrega de comida elementos de higiene a los barrios más vulnerables.
Las 24 horas del día nuestros equipos están alerta para atender cualquier situación de violencia y estamos trabajando en coordinación con áreas de la justicia, la salud, de seguridad y de la sociedad civil para facilitar el acceso a los distintos dispositivos de asesoramiento y protección que existen en la Ciudad.
En nuestro país, y en el mundo, las brechas de desigualdad entre mujeres y varones tienen nombre propio: techo de cristal, escaleras rotas y piso pegajoso
Pero más allá de los esfuerzos y las obligaciones ineludibles que tenemos como Estado, debemos reflexionar sobre problemas que son profundos y estructurales. En nuestro país, y en el mundo, las brechas de desigualdad entre mujeres y varones tienen nombre propio: techo de cristal, escaleras rotas y piso pegajoso. Somos las mujeres quienes formamos parte de los sectores laborales que están haciendo frente en primera línea a la pandemia: profesionales de la medicina, personal de limpieza y perfiles de investigación biológica muestran una sobrerrepresentación de mujeres. Y aunque allí abundan las mujeres, en términos generales participamos menos de la economía remunerada (solo 6 de cada 10 mujeres) siendo nosotras, con las tareas de cuidado que realizamos, quienes permitimos que esa economía funcione.
Es decir, la violencia de género no es un fenómeno aislado, sino que forma parte de una sociedad profundamente desigual. Que nos sigan matando, también tiene que ver con una cultura que sigue naturalizando estas desigualdades, estereotipos y roles de género que le brindan a muchos varones pretensiones de superioridad y posesión sobre las mujeres. Algo tan sencillo como un "no" pone en cuestión su sistema de privilegios. Algunos, simplemente, no están dispuestos a aceptarlo. Nos matan. El cambio cultural y el acompañamiento de la política y el Estado son fundamentales para transformar este estado de cosas
Hoy, más que nunca, nos seguimos abrazando, acompañando y cuidándonos. Hoy volvemos a gritar "Ni Una Menos, Vivas Nos Queremos" e invitamos a toda la sociedad a sumarse a esta lucha.
Directora General de la Mujer de CABA