Nacha Canvas: un instante irreversible
Esta joven artista de Ushuaia sorprendió el año pasado al vender en arteBA todas sus obras en tiempo récord
El desorden entra en equilibro en las obras de Nacha Canvas, joven artista fueguina que debutó en el último arteBA, con 24 años, y marcó un récord de ventas. El éxito no la mareó. Volvió a su Ushuaia natal para experimentar con lenguajes y materiales. Describe así su obra: "Los elementos que la componen están ubicados en el momento preciso. Se balancean unos sobre otros, se sostienen frágiles, siempre a punto de desplomarse, en riesgo, a punto de desaparecer. Valoro el instante único e irreversible. Mi registro captura lo inminente, una tensión que está a punto de desaparecer. Encuadres no fijados al azar, sino que revelan zonas sensibles en el paisaje".
LENGUAJE PROPIO
"Empecé en 2002 a estudiar acuarela con Eduardo Nicolai, un artista hiperrealista de Ushuaia. Fui aprendiendo la técnica, mientras para practicar copiaba paisajes locales e imágenes. Estudié dibujo en mi adolescencia con Alejandro Abt", cuenta. Ya en Buenos Aires, estudió Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires, donde dictó clases en la materia Morfología, en la cátedra de Enrique Longinotti (2013-2015). En esa experiencia se descubrió artista: "Es una materia que trata de despertar en los alumnos la posibilidad de crear un lenguaje y trabajar técnicas, siempre al límite entre la representación de objetos o seres y lo abstracto. Empecé a desarrollar un lenguaje propio y eso me abrió la cabeza para explorar". Paralelamente se formó en otras disciplinas: cerámica, bordado, dibujo, fotografía y collage.
INSPIRACIÓN
"Me gusta mucho en la actualidad la obra de Martín Carrizo, Matías Duville y Mariana Sissia –dice–. Trabajan con el paisaje. En la Web constantemente me encuentro con artistas que me gustan. Y también me gustan las viejas vanguardias: Paul Klee, Wassily Kandinsky..."
VOLVER AL ORIGEN
En 2013 ganó la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires en la disciplina Artes Visuales, y obtuvo una beca de formación en la Residencia Casa Tres Patios, en Medellín, Colombia. En 2015 presentó un solo project en el Barrio Joven de arteBA, con la galería Quimera: presentó 38 obras en pequeño y mediano formato y se vendieron 36 (20 de ellas, en el día de la inauguración). Luego se presentó en Art Toronto, donde vendió otras 17 obras, y cosechó éxito de críticas y de recepción del público. Quedó finalista en la última edición del Premio Itaú, del cual pronto se sabrá el resultado. Regresó a su ciudad natal hace dos meses. "Volví a Ushuaia porque este paisaje inspira mi obra. Me parece la forma más genuina de trabajarlo, a partir de la observación directa. Es estar en mi mundo, en el lugar donde sucede mi obra. En las provincias hay una riqueza enorme por descubrir. Suceden muchas cosas y hay mucho por hacer, también."
DEL PAPEL AL ESPACIO
"En años anteriores estaba en Buenos Aires, y eso implicaba una limitación al papel y a la pequeña escala –explica–. Eran obras en 2D. Ahora, en Ushuaia, tengo la posibilidad de trabajar con más materialidad, con madera y hierro, en obras más esculturales. Estoy en esa transición. También va desvaneciéndose la referencia al territorio, que antes estaba mucho más presente. Ahora me enfoco en el gesto abstracto que encuentro en el paisaje: la paleta cromática, la textura, las luces. El plan es trabajar en mi taller, seguir recorriendo mi obra, descubriéndola por todos los caminos que tenga que transitar. Toda la parte matérica me queda por descubrir. Recién estoy saliendo del papel al espacio. También pienso desarrollar piezas que estén metidas en el paisaje, con la nieve, y ver qué sucede con la fotografía. Tengo todo por experimentar."
SIN FRONTERAS
Con Quimera viajó a la feria Lima PARC, donde se presenta hasta hoy (ver aparte) junto con otros dos artistas de la galería, Alejandro Pasquale y Nadia Martinovich. En la sede de la galería, en Palermo, también participará desde el sábado próximo junto con otros 93 artistas de la segunda edición de bosquejar esbozar proyectar, muestra curada por Santiago Bengolea y Javier Aparicio. En colaboración a la distancia con Sofía Quirno, artista argentina que vive y trabaja en Nueva York, Canvas está produciendo una instalación que tendrá un papel protagónico en el centro de la sala.