Música vs. pobreza
Si ya resulta pavoroso el último índice de pobreza (52,9% de la población argentina cayó en ella), mucho más dantesco resulta que el 66,1% de los menores de 14 años vivan en hogares que no cubren siquiera la canasta básica.
Además de lo injusto e inhumano que es para la mayoría de los niños argentinos crecer en medio de tan angustiantes carencias, eso implica una verdadera hipoteca social para el país ya que les será casi imposible aspirar a formar parte de ninguna dirigencia pública o privada.
No son ajenas las pésimas políticas económicas implementadas durante tantas décadas que el gobierno actual se ha comprometido a enmendar si logra terminar con el déficit fiscal y la alta inflación. Sin embargo, el tema de la educación y el cuidado de los más pequeños lamentablemente no forma parte de su relato principal.
Por fortuna, en cambio, hay sectores de la sociedad que tienen mayores reflejos y sensibilidad. Tal es el caso de la Fundación SOIJAr (Sistema de orquestas infantiles y juveniles de Argentina). A través de la formación musical, cada año rescata a 2500 chicos de ambos sexos de todo el país que reciben ese valioso alimento espiritual que, en no pocos casos, despierta vocaciones dormidas.