Murió Carmen Balcells, figura clave en el boom latinoamericano
La "superagente" literaria representó a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Pablo Neruda, entre muchos otros escritores
Carmen Balcells, figura clave del "boom latinoamericano" de los años 60, murió hoy a los 85 años, según informa EFE. La "superagente" literaria pasó a la historia como gran impulsora del boom de la literatura latinoamericana: durante su larga carrera representó a luminarias de las letras en español, como Julio Cortázar, Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Gabriel García Márquez, Alfredo Bryce Echenique e Isabel Allende.
"Ella indujo y hasta obligó a los editores de España y de América Latina a volverse modernos y ambiciosos, a operar en el amplio marco de toda la lengua y a sacudirse la visión provinciana que tenían", dice Mario Vargas Llosa
Vargas Llosa recordó la importancia de su obra en las páginas de El País al conocerse la noticia de su muerte: "Carmen Balcells revolucionó la vida cultural española al cambiar drásticamente las relaciones entre los editores y los autores de nuestra lengua. Gracias a ella los escritores de lengua española comenzamos a firmar contratos dignos y a ver nuestros derechos respetados. De otra parte, ella indujo y hasta obligó a los editores de España y de América Latina a volverse modernos y ambiciosos, a operar en el amplio marco de toda la lengua y a sacudirse la visión pequeña y provinciana que tenían. Además, fue mucho más que una agente o representante de los autores que tuvimos el privilegio de estar con ella. Nos cuidó, nos mimó, nos riñó, nos jaló las orejas y nos llenó de comprensión y de cariño en todo lo que hacíamos, no sólo en aquello que escribíamos. Era inteligente, era audaz, era generosa hasta la locura, era buena y su partida deja en todos los que la conocimos y la quisimos un vacío que nunca nadie podrá llenar. Carmen queridísima, hasta pronto."
Juan Cruz, por su parte, en su semblanza publicada en ese diario español hacía foco en su risa y en su sabiduría: "No sólo ha muerto Carmen Balcells; ha muerto, sobre todo, una inteligencia que no ha conocido muchos pares en el oficio de intermediario entre el talento y el lector; una labor que fue decisiva y que desarrolló con un talento feroz y emocionante. Además, y esto parece mentira que se pueda decir de alguien que con tanto filo desarrolló el oficio, fue siempre, también, la alegría de la casa, de cualquier casa en la que estuviera".