Mujeres en Internet
NUEVA YORK
(The New York Times)
LOS neoyorquinos asisten a la apertura de un nuevo capítulo en la historia de las comunicaciones. Hasta ayer, la revolución de las computadoras había sido liderada mayoritariamente por ingenieros dispersos a lo largo de la Costa Oeste, desde garajes, sótanos y oficinas suburbanas. Hoy, las compañías más comprometidas con Internet explotan uno de los mayores recursos de Manhattan: una red de mujeres con buen nivel de educación.
Cinco años atrás, se calculaba que sólo el 5 por ciento de los usuarios de Internet eran mujeres; hoy se acercan al 50% y, según las proyecciones, en pocos años serán mayoría. De ahí la fascinación de los inversores y ejecutivos de medios por las compañías neoyorquinas dirigidas por mujeres que operan sitios "femeninos" en Internet.
Wall Street aguarda ansiosamente la oferta pública de acciones de iVillage, la empresa de SoHo que opera los sitios más populares destinados a la mujer y que anunció su asociación con la NBC y AT&T. Entretanto, America Online y Oprah Winfrey han concertado sendas alianzas con Oxygen Media, la compañía orientada hacia los nuevos medios que fundó este año Geraldine Laybourne, ex jefa de operaciones de televisión por cable de Disney/ABC.
Sexo y lenguaje
Los varones han tenido, por siglos, el don de inventar artefactos para comunicarse, desde la pluma y el papel hasta la imprenta, el teléfono y la computadora, pero las mujeres dominan los medios y los usan más. Escriben más cartas privadas, envían más tarjetas postales y pasan más tiempo hablando por teléfono. Leen más libros y revistas y tienen mayores probabilidades de llegar a ser escritoras.
"Internet les permite usar palabras, que son su herramienta natural -dice Helen Fisher, antropóloga de la Universidad Rutgers que está escribiendo un libro sobre las diferencias genéricas-. Las niñas emplean un lenguaje oral más complejo y gramaticalmente más correcto que los varoncitos; de adultas, nunca pierden esa superioridad verbal. Internet proporciona, asimismo, una salida estupenda al talento femenino para operar en red. Los hombres tienden a establecer jerarquías; las mujeres se inclinan por conexiones laterales que posibilitan la cooperación."
"Cuando fundamos iVillage, las actividades clave en la Red eran divertirse, participar en juegos y navegar -explica Nancy Evans, jefa de redacción del sitio, en una carta abierta a sus visitantes-. Hoy, lo principal es utilizar Internet para ayudar a hacer frente a las realidades de la vida. No es que no nos guste divertirnos; admitámoslo: nosotras, las mujeres, somos prácticas."
Ser prácticas significa crear sitios en la Red que parezcan salidos de las oficinas de Hearst y Conde Nast, más que de Silicon Valley. Sitios dedicados al cuidado de la salud, la crianza de los hijos (Oxygen tiene uno denominado Moms OnLine ), la gimnasia, la belleza y la moda, en los que abundan los consejos y los cuestionarios de autosuperación.
Todos los servicios
Hagan clic en el sitio Relation-ships de iVillage y encontrarán enlaces con Dating Dilemmas (asesora sobre salidas con hombres), Couples Clinic ("Clínica de parejas"), How to Kiss Better ("Cómo besar mejor"), The Wedding Women ("Las novias"), Ms. Demeanor ("Sra./Srta. modales") y una charla del Ex-Wives Club ( "Club de las ex esposas"). Evans, que también dirige este sitio, lo define como "un círculo de ayuda y apoyo".
"Una usuaria de iVillage cuenta cómo se reinventó a sí misma tras haber sido despedida de su empleo, y su relato inspira a tres, una docena o, quizás, un centenar de ustedes -escribe Evans en su carta abierta-. Otra usuaria relata cómo superó su obsesión por tener un cuerpo perfecto y ahora se limita a gozar de la vida. Su resolución nos infunde coraje."
Tal vez, todo esto no suene tan alentador para los veteranos que aún conciben Internet como un lugar donde librar guerras encarnizadas por e-mail , visitar espacios de conversación sobre política y sexo, consultar páginas de la Red que revelen generosamente los arcanos de la depuración de programas y sacar mayores puntajes en Quake . Pero estos varones tendrán que acostumbrarse a compartir su coto. Podrán aventajarse unos a otros disparándose andanadas de cohetes virtuales, pero nada pueden contra un ejército de mujeres bien conectadas que saben dialogar cortésmente.